Balsa de los Prados del Becerril
Un humedal en el fondo del valle del río Seco
Los prados del Becerril se encuentran en una planicie de fondo de valle situada en la cabecera del valle del río Seco. Recoge las aguas de los barrancos que descienden del monte Castelfrío. La escasa pendiente y la impermeabilidad del terreno facilitan la acumulación del agua en pequeñas depresiones. Antaño eran unos prados de inundación temporal. Este antiguo humedal fue transformado mediante drenajes para conseguir tierras de labor. Especialmente eficaces fueron los drenajes creados durante las obras concentración parcelaria realizada hace unas décadas. El hidrogeólogo José Carlos Rubio estima que la máxima extensión de aquel humedal debió ser de unas 18 hectáreas, de las que apenas quedan dos pequeñas balsas. La más grade de unos 2400 m2 y la más pequeña de unos 500 m2.
El entorno de estas balsas en la actualidad son tierras de labor. Sin embargo, en el pasado eran praderas encharcables dedicadas a su aprovechamiento mediante ganadería extensiva, especialmente de vacuno. La desecación del humedal pudo deberse a la roturación las tierras cercanas generando un canal de desagüe hacia el este comunicando la zona endorreica con el cauce del río Seco.
Pese a su extensión aún ofrece hábitat a especies propias de lagunas y prados inundables. Especialmente a las aves acuáticas que utilizan los prados del Becerril como lugar de cría, de invernada y, sobre todo, de descanso y alimentación en los pasos migratorios.
Ruta geocaching
Dientes de sable se dirige por el fondo del valle hacia el sur. Es la parte baja de su territorio de caza.
A esta zona húmeda acuden herbívoros a beber y comer. También viven en ella animales terrestres y acuáticos. Y alguno que lo hacen en los dos ambientes, como los hipopótamos. Al bordear los prados inundados dientes de sable encuentra un grupo de Archaeopotamus crusafonti, especie extinta de hipopótamo, muy parecido a los actuales.
Este mamífero herbívoro dedicaba buena parte de su tiempo a pastar los herbazales inundados. Así, también evitaba ataques de los mamíferos carnívoros, especialmente cuando cuida a sus cría. Sin embargo, sus poderosos dientes y su agresivo carácter hacían que, en el caso de que se produjera un ataque, en la mayoría de las ocasiones el depredador quedaba derrotado o herido. Algo similar a lo que ocurre actualmente con los hipopótamos, que en ocasiones realizan ataques muy violentos hacia otros animales.
Nuestro dientes de sable busca evitar el enfrentamiento y cambia de dirección para ir adentrándose en las zonas más elevadas de su territorio dejando, poco a poco, la llanura del fondo de valle, en la actualidad un paisaje agrario de grandes parcelas, para ascender a las lomas y parameras del piedemonte de la actual sierra de El Pobo.
La siguiente etapa nos llevará hasta la zona de Castelfrío, en la carretera TE-V-8001 que une la A-226 con El Pobo, encontraremos una baliza que marca el PR-TE 45 Camino de los Pilones. En la baliza se ubica la placa QR.