Un parque cultural

¿Qué es un parque cultural?

Un parque cultural reúne paisaje y arte, cultura, naturaleza, tradiciones y turismo. Es un territorio donde se aúna el valor del Patrimonio Cultural y Natural, que goza de protección y promoción conjunta mediante medidas especiales de salvaguarda para sus elementos singulares.

Paisajes de las Tierras Altas de Teruel
Prados y cerradas de Monteagudo del Castillo

El Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra

Un río vivo, el Alfambra. El sonido del agua. Miles de árboles monumentales. Una cultura ganadera ancestral. La soledad de las Tierras Altas de Teruel. Cielos estrellados. Castillos, ermitas y palacios. Una gastronomía de auténticos sabores. Y paseos que cuidan el cuerpo y alimentan el espíritu. Esto, y mucho más, es el Alto Alfambra.

El Peñarroya, en la sierra de Gúdar, es la cima del sur de Aragón. A sus pies nace el Alfambra, que para encontrar su salida hacia el mar Mediterráneo sortea montañas pobladas de pinos, suaves llanuras cerealistas y la sierra del Pobo, una alucinante visión de infinitos y bellísimos páramos seccionada por un imponente cañón fluvial. Así son los paisajes del Alto Alfambra.

Miles de viejos chopos cabeceros acompañan al río formando una sinuosa dehesa fluvial, un singular ecosistema agrario. Sus árboles, podados durante siglos, han producido las vigas de los hogares, la leña para los inviernos serranos, el forraje de los rebaños. Los cabeceros son esculturas vivas y el hábitat de una rica comunidad biológica. Pero, además, son el resultado de una sabiduría popular reconocida como Bien de Interés Cultural Inmaterial por haber generado un paisaje cultural único en Europa.

El Alto Alfambra es un territorio de montaña dedicado históricamente a la ganadería extensiva y trashumante. Su antigua prosperidad explica un hermoso patrimonio: casas solariegas, iglesias, ermitas y una arquitectura popular de fuerte personalidad que pervive en casas, masías y muros de piedra seca que surcan los campos. Unos montes en los que descubrir también yacimientos con restos de dinosaurios, la variedad de ambientes naturales y una biodiversidad rica en especies endémicas. Las fiestas populares y la gastronomía serrana terminan por conformar un patrimonio merecedor de su declaración como Parque Cultural.