CONOCER LAS AVES DEL ALTO ALFAMBRA
DOS ACTIVIDADES EN AGUILAR DEL ALFAMBRA
El Alto Alfambra y el Alto Mijares conforman un rincón de la cordillera Ibérica en el que la naturaleza lleva más de tres mil años siendo transformada por los humanos. En todo este tiempo, los bosques primigenios, con su estructura y compleja composición, han desaparecido. No hay atisbo de los frondosos carrascales o rebollares, de los abiertos pinares de altos y robustos pinos royos o gargallos, de los sabinares albares de ejemplares milenarios, de las selvas fluviales o de los prados encharcadizos.
La tala, la roturación y el sobrepastoreo, aplicados durante centurias, han favorecido a las comunidades vegetales propias de las series pioneras o intermedias de aquellos bosques maduros: los matorrales y los prados.
Son los carrascales y rebollares …
enebrales y chaparrales,
los toyagares y erizales …
los céspedes de las lomas pedregosas y los tomillares, jadreales, aliagares y esplegueras …
los setos arbustivos …
las frescas praderas salpicadas de chopos cabeceros y de sargas trasmochas de las riberas …
los diminutos huertos, los extensos bancales cultivados de trigo, cebada, avena, triticale o girasol y salpicados de alfaz o de pipirigallo
los carrizales y masegares de los lentos arroyos no sombreados …
o los cinglos calizos donde no pudo entrar el aladro aunque sí el fuego.
Un mosaico de ecosistemas modelados con una presión cambiante a lo largo del tiempo por la mano humana para aprovechar los recursos naturales de estas montañas, tan escasos y como exigentes en sumanejo. Un conjunto de agroecosistemas de funcionamiento dinámico y de composición diversa.
Las aves forman un grupo de seres vivos que definen muy bien estos ecosistemas. La avifauna de estas montañas es muy interesante y no ha sido suficientemente estudiada. Queda mucho por conocer, por descubrir. Pero, mientras tanto, ofrece gratísimas momentos a los aficionados a la observación de pájaros, aún escasos por el desconocimiento del terreno pero cada vez menos raros.
El próximo lunes 21 de agosto, a las 19 horas, queremos hablar de todo esto en el Salón de Los Granericos de Aguilar del Alfambra.
Queremos hablar de las últimas parejas de gangas ortegas (churlas) que sobrevuelan el Prado de Fuentes (Camarillas) …
de los bandos de zorzales alirrojos que cada diciembre picotean las gálbulas de las sabinas en la Quebrada (Cedrillas) …
de la culebrera europea que sobrevuela las Hoyas de Caudé (Jorcas) …
o del martín pescador que descansa sobre los cárices del río Seco (El Pobo).
De los multitudinarios bandos de pardillos comunes (pajareles) que acuden a los campos de girasol desde agosto a noviembre …
de los pequeños grupos de verderones serranos que picotean en las praderas de la val de Motorritas (Allepuz) …
De la experiencia de escuchar al amanecer el canto de la alondra ricotí (rocín) en el Cabezo de la Batiosa (Aguilar del Alfambra y Galve) …
o de las andanzas del búho real que acecha las palomas de la iglesia de Galve …
De los fumareles comunes que descansan durante su migración primaveral en los prados del Becerril (El Pobo) …
o del aguilucho cenizo que anida entre los trigos de la ermita de la Virgen del Campo (Camarillas).
De los alcaravanes (chorlitos aliagueros) que campean por los Planos (El Pobo) …
o del relincho del pito ibérico que escuchamos al pasear por la ribera del Alfambra a la altura del molino de Jorcas …
De todas estas especies y de muchas más, cada cual con su fascinante historia natural, no pocas de ellas escasas e incluso amenazadas, algunas con interesantísimas singularidades biogeográficas. Allí estaremos mañana lunes.
Esta actividad se complementará el miércoles 23 de agosto con una jornada de anillamiento científico que dirigirá el biólogo Demetrio Vidal y que se realizará en la arboleda del paraje de El Remolinar, también en Aguilar del Alfambra. El lugar y la hora de encuentro será la fuente de la entrada al pueblo, a las 10 horas.
¡Os esperamos!
Fotografías de Carlos Pérez, Chusé Lois Paricio, Eduardo Viñuales, Uge Fuertes y Chabier de Jaime.