SORPRESA EN LA LOMA DE JADRIALES

UNA POBLACIÓN DE CÓLCHICO DE PRIMAVERA

Mañana fría por la sierra de El Pobo. El termómetro no sube de los tres bajo cero a pesar de que el sol ha salido hace ya dos horas. La rosada aún tapiza las diminutas hojas de las matas que cubren la loma. Las lluvias del último frente han mojado la tierra y las plantas aprovechan para hidratarse tras semanas de sequía y de heladas. Seguimos inmersos en el invierno.

Como cada mes recorremos la sierra, desde El Pobo a Camarillas, desde Camarillas a El Pobo. Un recorrido lineal de 22 kilómetros que realizamos en coche. Observamos las aves de la loma, anotamos los cambios estacionales y las tendencias de las poblaciones. Esta mañana de finales de febrero no va mal. Lo peor del invierno parece que ya ha pasado, el día va alargando y los pájaros toman posiciones para comenzar la cría.

Vamos por el camino de El Pobo a Orrios. Hemos pasado ya el collado que hay entre el Cerro Galindo y el Puntal de la Clocha. Estamos pues en el término de Ababuj, en una suave loma al pie del Cerro Jadriales.

Sobre el suelo observamos unas delicadas flores de color blanco rosado que nacen directas desde el suelo. Tienen seis pétalos unidos en su base formando un fino tubo, tres estilos libres y seis estambres bien patentes. Carece de tallo visible pero tiene tres hojas acanaladas que protegen a las flores. Es el cólchico de primavera (Colchicum triphyllum).

Esta planta recuerda a la quitameriendas (Merendera montana), muy común en el Alto Alfambra. Ambas tienen bulbo y pertenecen a la misma familia (Colchicáceas), pero la quitameriendas tiene los pétalos libres hasta la base (se abre como una estrella), las hojas le salen tiempo después de florecer y esto ocurre al final del verano.

El cólchico de primavera es una especie propia de pastos secos de zonas montañosas sometidas a clima continental. Le gustan los terrenos pedregosos, especialmente de roca caliza, pero que contengan algo de arcilla, donde se retiene mejor la humedad necesaria para fabricar la hoja y la flor al final del invierno. Soporta bien los climas con escasas precipitaciones, vientos intensos y temperaturas extremas. Florece, incluso, bajo la nieve.

Es una especie de distribución circunmediterránea pues se encuentra en Asia Menor, en el sudeste y el suroeste de Europa así como en el norte de África. En la península Ibérica se extiende, sobre todo, por el centro y el sur, aunque alcanza el nordeste.

Distribución geográfica del cólchico de primavera. Fuente: Plantas y hongos.

En Aragón se conocen poblaciones en la cordillera Ibérica (sierras de Albarracín y de Javalambre, lomas de Blancas y de Gallocanta) y en la Depresión del Ebro (Caspe, Bajo Gállego, Pina). En el Alto Alfambra hay una población conocida en la vertiente norte de la sierra de El Pobo.

Mapa de distribución de Colchicum triphyllum en Aragón. Fuente: Atlas de la flora vascular de Aragón.

Se asocia en pequeños grupos, como fue nuestro caso, aunque en ocasiones puede formar poblaciones muy numerosas.

Es una especie que tiende a pasar desapercibida ya que su floración es muy efímera y en años desfavorables no llega a producirse. Su hallazgo, es una sorpresa.

El cólchico de primavera encuentra en la Loma Jadriales y en la sierra de El Pobo el ambiente que necesita. Un terreno pedregoso formado por calizas jurásicas masivas, algo entreveradas de margas y arcillas. Un clima marcadamente continental, consecuencia de la debilidad con la que llegan los temporales de Levante o los frentes del Atlántico. Un espacio abierto y luminoso, sin árboles ni grandes arbustos, un paisaje vegetal obtenido tras la tala de los pinares y sabinares que cubrían estas montañas con el propósito de conseguir pastos para los rebaños trashumantes de ovejas que, procedentes de tierras valencianas (el «reino«), estivaban en estos puertos de la cordillera Ibérica.

En Aragón, no está incluida en ningún catálogo de especies protegidas. Sin embargo es una especie rara y poco conocida.

La sierra de El Pobo tiene unos destacados valores naturales que sorprenden al profano. Alberga especies de aves esteparias seriamente amenazadas, algunas como el rocín en peligro de extinción. Una rica comunidad de mariposas de montaña, con especies como la apolo o la montañesa primaveral. De endemismos botánicos, como Erodium celtibericum o Thymus godayanus. Ofrece más de veinte kilómetros continuos de parameras, de herbazales abiertos sobre calizas, unos paisajes tan sobrios como hermosos, especialmente en primavera.

Pero ofrece sorpresas, incluso en invierno. Como el cólchico de primavera, una flor tan delicada como efímera, tan hermosa como singular, otro emblema de las altas estepas ibéricas. Una planta que hermana a las parameras del Alfambra con las tierras altas de Anatolia, el Peloponeso o el Atlas.

Chabier de Jaime Lorén