EL PAISAJE CULTURAL DEL ENTORNO DE LA ERMITA DE SANTA QUITERIA
UNA EXCURSIÓN DEL COLEGIO DE CEDRILLAS
Viernes, 20 de mayo. En la víspera de la romería a Santa Quiteria, nos vamos de excursión hasta la ermita con los alumnos y alumnas de 5º y 6º de Primaria del Colegio de Cedrillas (C.R.A. Palmira Plá) y Luis, su profesor tutor, en lo que iba a ser una calurosa mañana. Nuestro objetivo: interpretar el paisaje y comprender los factores que en él influyen.
Salimos del colegio, recorrimos el pueblo y tomamos el camino que dirige hacia la ermita de Santa Quiteria. Es el antiguo camino que unía Cedrillas y Teruel. A nuestra izquierda, en la zona baja, se adivinaba el río por la abundancia de chopos y sargas. Más allá, vimos esta imagen.
Grandes y altos pinos separados entre sí y prados entre ellos. La especie de árbol es el pino royo (o silvestre), el más común en los montes altos de Cedrillas. En estos los árboles forman un bosque pues están más cercanos unos a otros y casi no hay prados sino arbustos.
Lo que estamos viendo es un paisaje antiguo. Este monte, conocido como La Majada, era un lugar cercano al pueblo al que los vecinos llevaban los bueyes y mulos a pastar. Dejaban algunos árboles para que dieran sombra al ganado y aprovechaban los prados. Ahora ya no se hace esto, pero esa actividad ha quedado en el paisaje.
Encontramos una masía en el camino. Tenía varios edificios. Todos estaban construidos con piedras unidas con argamasa (arcilla), madera y teja árabe. Los materiales que ofrecía el terreno.
En la masía había vivienda, corrales y pajares. Las masías ofrecían una forma de poblamiento en el sur de la cordillera Ibérica. Casi siempre se encontraban a más de una hora de camino de los pueblos de los que dependían. No es el caso de esta masía, que está muy cerca del pueblo de Cedrillas.
Hace años ya que no vive ninguna persona. Ahora se utiliza para guardar vacas.
Observar con atención te muestra detalles. Por ejemplo, en las piedras que enmarcan una puerta estaban grabadas unas letras, tal vez las iniciales de los propietarios o de los masoveros. En otras había unas cruces, seguramente buscando la protección de los habitantes y para evitar que el mal entrara en la casa.
En una pared descansaba una vieja y gran llave, muy diferente de las actuales.
En los alrededores de la masía había bancales cultivados y en los terrenos altos había buenos prados con una gran variedad de plantas, casi todas en flor.
La mayor parte de los bancales están cultivados con cereales (trigo y cebada). También se siembra girasol, para producir aceite, y se cultiva pipirigallo, una buena planta forrajera. Nos llamó la atención unas plantas con unas flores amarillas. Era colza.
Los cultivos agrícolas cambian según las necesidades y las circunstancias. La colza es un cultivo muy reciente en Cedrillas. Se aprovechan las semillas de las que se obtiene aceite y una pasta que se emplea para fabricar piensos. En estos días de junio, es un cultivo que influye poderosamente en el paisaje, con su intenso amarillo que contrasta con el verde del cereal y de los prados y el morado de los bancales recién labrados.
Pasamos junto a un pequeño bosque de pino royo. Era una plantación pues todos los árboles tenían una similar altura y edad. Nada que ver con el pinar de La Majada.
Más adelante encontramos unos bancales formando terrazas.
Estas terrazas sujetaban mejor el suelo cuando llovía mucho durante las tormentas. Los bancales estaban en llano, así se aprovechaba mejor el agua de la lluvia y se perdía menos suelo. El labrador tenía que mantener las piedras de las paredes, pues se iban cayendo sobre todo cuando las ovejas pastaban en estas parcelas. Ahora, están abandonadas y las plantas silvestres las están colonizando. Y es que los paisajes cambian según lo hace la actividad de las personas.
Muy cerca había un pequeño monte. Allí encontramos una especie de pino diferente al anterior. Era un pino gargallo (o negral), con las hojas más largas y la piña algo más grande. Tenía varias bolsas de procesionaria pues es una especie a la que le afecta mucho este insecto.
Encontramos un rebollo, una especie de roble que ya conocimos en la excursión del año pasado por el camino hacia el nacimiento del río Mijares. Luego vimos más.
Las dos especies de pino (royo y gargallo), el rebollo y la sabina serían los bosque originales que poblarían estos montes. Por cierto, no encontramos ninguna sabina en el paseo a pesar de que es común. Hay quien afirma que en nombre de Cedrillas podría venir del antiguo nombre que le daban a la sabina: cedrilla.
Después de pasar junto a otra masía alcanzamos la ermita de Santa Quiteria.
Era el momento del descanso y del almuerzo.
Al terminar nos acercamos a visitar las ruinas del Molino de Abajo, del que se conservan tan solo algunas paredes protectoras y el descubierto edificio.
Después nos fuimos a ver el Hocino. Es un estrecho entre rocas por el que pasa el río Mijares.
Y nos hicimos una foto de recuerdo.
Volvimos a la ermita. Y hablamos de su importancia dentro de las tradiciones religiosas. En Cedrillas es un lugar muy querido pues los vecinos acuden en romería.
Y, con buen ritmo fuimos volviendo al colegio.
¡Ya sabemos más del paisaje de nuestro entorno!