LOS SETOS, VIDA EN EL RIBAZO

UN PAISAJE CULTURAL DEL ALTO ALFAMBRA

Los setos, diminutos bosques entre los bancales

Un seto es una alineación de matas, árboles y hierbas que crecen espontáneas en un ribazo que separa dos parcelas de diferente propiedad o que tienen usos diferentes. Los árboles pueden haber sido plantados o proceder del desarrollo de la vegetación natural. Sirven para delimitar parcelas, alimentar y cercar al ganado, proporcionar madera y leña, así como ofrecer ventajas agronómicas en la finca.

Molino Alto (Cedrillas)

En algunos países europeos, sobre todo de vertiente atlántica, los setos que delimitan pequeñas parcelas forman el paisaje agrario bocage«) a pesar de las profundas transformaciones agrarias, especialmente las concentraciones parcelarias, que tuvieron lugar a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Recientemente, el agroforestalismo, con el fin de conseguir una agricultura más sostenible, ha vuelto la mirada a los setos.

Los setos en el paisaje cultural del Alto Alfambra

En el Alto Alfambra también hay setos. Eso sí, setos arbustivos, compuestos por matas espinosas. Entre bancales de laderas cultivadas, en márgenes de arroyos, en pequeños huertos o en los ribazos entre amplios campos. Los hay en los diez pueblos. Y forman parte de su paisaje cultural. Son especialmente abundantes en Sollavientos (Allepuz), la Vega (Galve), El Prado (Aguilar), la Muela y el Pradillo (Jorcas) y, sobre todo, en el barranco de la Virgen del Pilar de Monteagudo del Castillo.

Las Torralbas (Monteagudo del Castillo)

En la península Ibérica los paisajes agrarios con setos son comunes en la fachada  atlántica. En ambientes mediterráneos, por contra, son escasos y se localizan en las zonas montañosas. Es el caso del Alto Alfambra, en plena cordillera Ibérica.

Aprovechar el agua

Los setos forman pequeñas barreras que frenan a la escorrentía. Favorecen la infiltración, de beneficio directo para el agricultor al producirse en la tierra de labor, como indirecto, al recargar los acuíferos. Reducen la incidencia y la velocidad del viento al pasar junto a las plantas cultivadas y, por tanto, la transpiración, algo importante en la agricultura de clima secos.

Barranco de la Virgen del Pilar (Monteagudo del Castillo)

Mitigan la continentalidad

La humedad del aire reduce las temperaturas extremas anuales (veranos menos calurosos, inviernos menos rigurosos) como las oscilaciones térmicas diarias, muy dañinas para las plantas cultivadas.

Más de la Vega (Monteagudo del Castillo)

Proteger y mejorar los suelos

Los setos mejoran el suelo. Los arbustos que los componen son especies caducifolias. Al caer al suelo, las hojas se acumulan y transforman en mantillo, lo que favorece la absorción del agua de lluvia y reduce la escorrentía. Por otro lado, sus profundas raíces de las matas absorben sales minerales inaccesibles a las plantas herbáceas cultivadas y las incorporan en ramillas, hojas y frutos que, cuando caigan, quedan en el horizonte superficial del suelo. Finalmente, al reducir la velocidad de la escorrentía, reducen la erosión de la capa más fértil de la tierra del bancal.

Senda a la fuente de los Yermos (Jorcas)

Gestión tradicional de los setos

Antaño estas formaciones arbustivas cubrían los ribazos de prados y de tierras de labor. Los setos eran menos continuos, más estrechos y más altos. Los brotes jóvenes eran ramoneados por cabras, ovejas y burros reduciendo su crecimiento lateral, para no perder tierra para el cultivo. También se cortaban para alimentar a corderos y conejos. Y, con el tiempo, se «escotaban» para obtener leña para el horno de pan y para calentar los hogares. La retención del agua y la protección y mejora del suelo era esencial.

Bancales en el barranco del Regajo (Jorcas)

Bosquetes lineales

Los setos del Alto Alfambra están compuestos por vizcoderas (Crataegus monogyna), sauqueras (Sambucus nigra), agrillos (Berberis hispanica), galabarderas (Rosa canina), endrineras y cerecillos (Prunus spinosa y P. mahaleb) y mentironeras (Viburnum lantana). Y están trabadas por diversas madreselvas (Lonicera ssp.) y enreligaderas (Clematis vitalba) formando unas espesuras lineales que proyectan sombra y retienen la humedad del suelo, lo que favorece a numerosas plantas herbáceas tan delicadas como exigentes.

Refugios para la fauna

En la orilla del bosque hay una orla de arbustos que también aparecen en sus claros y en el sotobosque. Son lugares de límite entre ambientes y por ello albergan una gran riqueza en especies animales. El seto equivale a la orla del bosque, pero sin el bosque. Son lugares privilegiados para la fauna silvestre. En el seto encuentran refugio, lugar de cría y alimento numerosos animales. Algunos como las mariquitas, crisopas, avispillas, arañas, sapos, culebras, musarañas, erizos, paniquesas y numerosos pájaros insectívoros regulan de forma natural a las poblaciones de algunas plagas agrícolas.

Alcaudón dorsirrojo. Foto: Carlos Pérez Naval.

Paisaje de gran belleza

Las líneas de arbustos aportan formas y volúmenes a los paisajes agrarios. Aportan cambios de color: el verde brillante en primavera, amarillos, anaranjados y púrpuras  en otoño, grises y pardos oscuros en invierno.

En el Reino Unido los setos son un emblema nacional, un valor a conservar por formar parte de un paisaje histórico. Los setos arbustivos del Alto Alfambra también son un patrimonio cultural y natural a valorar y cuidar.

Chabier de Jaime Lorén

Bibliografía:

Domínguez, A. y Aguado, J. (2003). Setos vivos (I). Importancia de los setos en la agricultura. Fertilidad de la tierra. Revista de agricultura ecológica. 13, 6-10.

Parra, F. (1982). Los setos. Naturaleza en el mínimo espacio. Quercus. Observación, estudio y defensa de la Naturaleza.6, 61-63.