LAS AVES DE LA MONTAÑA MEDITERRÁNEA

UNA RUTA ORNITOLÓGICA POR LA VAL DE SOLLAVIENTOS

La península Ibérica se encuentra entre dos regiones biogeográficas: la Eurosiberiana y la Mediterránea.

Regiones biogeográficas en Europa. Fuente: Editorial Anaya


La cordillera Ibérica se encuentra inmersa dentro de la región Mediterránea. Un territorio tan extenso como el que ocupa este sistema montañoso es altamente heterogéneo por las variaciones latitudinales y altitudinales que presenta. Unas y otras son las responsables de su diversidad climática. Por ello, en ciertos sectores de la cordillera, especialmente en el piso bioclimático oromediterráneo, las condiciones ambientales recuerdan a las que se dan en ciertas zonas de la región Eurosiberiana.

Por su proximidad a la región Eurosiberiana y por las condiciones climáticas que se dan en las zonas más elevadas de la cordillera encuentran su hábitat especies propias de los ámbitos atlánticos y centroeuropeos. Esto es muy evidente en las sierras de su mitad norte, como ocurre en el complejo Demanda-Cameros-Urbión, donde la entrada de masas de aire del océano Atlántico propicia unas mayores precipitaciones. Pero también ocurre, a pesar de tratarse de zonas con precipitaciones más escasas e irregulares, en las sierras de mayor altitud de su mitad sur, como son Montes Universales-Alto Tajo-Serranía de Cuenca y en Gúdar-Maestrazgo.

Esta singularidad biogeográfica se manifiesta en todos los grupos de seres vivos. Incluido el de las aves.

En las zonas más frescas de la sierra de Gúdar, en el periodo reproductor, pueden observarse ciertas especies de aves que resultan más propias de regiones más norteñas y que son muy difíciles de encontrar en esa época del año en el sur de Aragón.

En este artículo se propone un recorrido por un paraje que sorprenderá a los ornitólogos y a los aficionados a la naturaleza por su avifauna y por la belleza de sus paisajes: la val de Sollavientos.

Se ha editado un tríptico sobre la Ruta Ornitológica por las Peraltas y Sollavientos que puede descargarse como pdf pulsando en este enlace.

Es un recorrido que no está balizado pero que puede seguirse fácilmente utilizando el siguiente enlace de Wikiloc. Tiene una longitud de 12,7 Km, un perfil muy suave (desnivel de 165 m) y requiere unas 4 horas 50 minutos para una persona que camine a un ritmo suave, para una aficionada a las aves, bastante más.

Para acceder al punto de inicio del paseo se parte de Allepuz tomando la carretera autonómica A-226 (Teruel -Cantavieja) y al llegar al puerto de Sollavientos habrá que tomar a mano derecha el desvío hacia Valdelinares por la TE-V-3, carretera provincial más estrecha que acompaña al río Sollavientos. A poco más de dos kilómetros del desvío surge la masía de la Cambra, contigua a la carretera, donde puede estacionarse el vehículo.

Curruca rabilarga (Sylvia undata). Foto: Carlos Pérez Naval

Las calizas forman unos resaltes en cuyos extraplomos cría una veintena de aviones comunes, especie propia de los roquedos que ha conseguido colonizar los edificios de pueblos y ciudades, unos «roquedos» singulares.

Frente a la masía, circula el río Sollavientos, bien jalonado por los chopos y sauces trasmochos, árboles campesinos que definen el paisaje de este valle de montaña.

Chopos cabeceros con vigoroso rebrote tras su desmoche

Se sigue ahora caminando por la carretera unos 200 m. hasta alcanzar un sendero que baja a unos prados y al río. Es el antiguo camino entre Allepuz y Valdelinares.

Un bloque desprendido del cinglo ha quedado plantado antes del llegar al fondo del valle. Y, tras ello, se le ha abierto una profunda hendidura, lo que le confiere un aspecto singular y enigmático.

El sendero pasa entre bancales, en ocasiones sembrados, en otras dedicados directamente a pasto. En estos prados, con frecuencia inundados por crecidas del río o por la proximidad del freático …

…no es raro ver durante la invernada al bisbita pratense.

En los ribazos de estos bancales crecen vizcoderas, madreselvas, endrinos, agrillos o galabarderas. Estos espinares son ambientes apropiados para pájaros sedentarios, como el escribano soteño o el carbonero común

Carbonero común (Parus major). Foto: Chusé Lois Paricio Hernando

… y para otros migratorios que cada año cruzan dos veces el desierto del Sáhara y el mar Mediterráneo para nidificar en estas montañas, como el zarcero políglota

Zarcero políglota o común (Hippolais polyglotta). Foto: Carlos Pérez Naval

o la curruca zarcera

Hembra de curruca zarcera (Sylvia communis). Foto: Carlos Pérez Naval

.. especie más propia de los setos y campiñas atlánticas y centroeuropeas que de los bosques mediterráneos.

Hay que vadear el río. Cuando el caudal es escaso no resulta difícil, pero en tiempos de aguas altas conviene descalzarse. Las arenas y gravillas son mayormente fósiles de orbitolinas.

El río Sollavientos es uno de los principales afluentes del río Alfambra. Reúne las características de los ríos de la montaña mediterránea calcárea. Caudal con marcadas irregularidades estacionales y anuales, de aguas muy carbonatadas y oxigenadas, así como con un régimen pluvionival.

Es el ambiente apropiado para la lavandera cascadeña y para el mirlo acuático que encuentra en este arroyo uno de sus últimos refugios en toda la cuenca del Alfambra …

Mirlo acuático (Cinclus cinclus). Foto: Carlos Pérez Naval

… posiblemente por pérdida de hábitat por haber cubierto los cantos y gravas del lecho fluvial por sedimentos arcillosos en amplios tramos las roturaciones de prados realizadas en las últimas décadas en la cuenca.

En el soto fluvial abunda el torcecuello, el verderón común, el herrerillo común, la curruca capirotada y la curruca mosquitera.

El camino asciende suavemente entre bosquetes de pino royo y pastizales con enebro y agrillo.

En los primeros es fácil observar especies propias de los bosques de coníferas como son el carbonero garrapinos, el herrerillo capuchino, el trepador azul o el piquituerto, todas ellas sedentarias.

En este ambiente forestal es abundante una especie de gran interés biogeográfico: el verderón serrano.

Verderón serrano (Serinus citrinella). Foto: Carlos Pérez Naval

Este fringílido es un endemismo de las cordilleras del suroeste de Europa.

Mapa de distribución del verderón serrano (Serinus citrinella citrinella). En verde, las zonas con poblaciones sedentarias; en azul, las zonas de invernada. Fuente: HBV

Tiene su hábitat en los bosques de coníferas donde se reproduce, alimentándose en las praderas cercanas. En el invierno, es común encontrar bandadas picoteando semillas de gramíneas en las cunetas de las carreteras.

Una especie muy emparentada es el lúgano. Es propia de los bosques de coníferas del centro y del norte de Europa. En los años en los que los abetos rojos producen abundante piñón, el lúgano se reproduce allí de forma muy exitosa y sus efectivos aumentan notablemente. Conforme se va agotando el alimento comienzan a deambular y se producen irrupciones que alcanzan el sur de Europa, siendo comunes los bandos en mosaicos forestales y agrícolas, donde se alimenta de plantas ruderales (bledos, armuelles …), como saben bien los aficionados al silvestrismo.

Lúgano o jilguero lúgano, conocido también como gabachet en el Alto Palancia (Carduelis spinus). Foto: Rodrigo Pérez Grijalvo

Si coincide en el tiempo con un año de abundante fructificación en los pinares ibéricos, al tratarse de una especie oportunista, llega a reproducirse en pinares húmedos y frescos de la cordillera Ibérica, de lo que hay indicios también para la sierra de Gúdar.

El camino atraviesa pastizales sobre sustratos rocosos y suelos muy erosionados cubiertos por prados muy soleados con enebros y chaparras. Es fácil observar a dos especies de escribecartas, uno sedentario y muy común, el escribano montesino

Escribano montesino (Emberiza cia). Foto: Carlos Pérez Naval

otro estival y algo más escaso, como es el escribano hortelano

Escribano hortelano (Emberiza hortulana). Foto: Carlos Pérez Naval

… además de otras especies como son el zorzal charlo, la paloma torcaz, la curruca carrasqueña, el pardillo común o la alondra totovía.

Alondra totovía (Lullula arborea). Foto: Rodrigo Pérez Grijalvo

A la izquierda del camino se va abriendo un estrecho y pequeño valle por cuyo fondo discurre un arroyo. Estamos entrando en el barranco de las Peraltas, así conocido por ser el nombre de las dos masías que aprovechaban sus tierras de labor, pastos y bosques.

Masía de Peralta Alta

En el fondo de la val, entre prados (antiguas labores) y setos de espinos, aparece la fuente de la Canaleta y una hilera de sargas trasmochas.

En el espinar, durante el periodo reproductor, es fácil encontrar el mirlo común, el petirrojo y el ruiseñor común. En la invernada pueden verse el mirlo capiblanco y los zorzales alirrojo y real.

El viejo camino pasa junto al Mas de Peralta Baja.

… donde el colirrojo tizón, la abubilla y el gorrión chillón encuentran un lugar apropiado para nidificar.

En estos prados frescos puede encontrarse un pequeño pájaro propio de las zonas litorales y de las amplias llanuras de las principales cuencas hidrográficas: el buitrón (o cistícola buitrón). La presencia de este pequeño pájaro en el Alto Alfambra es otra singularidad biogeográfica. No tanto por ser endémica, pues es una especie bastante cosmopolita (Europa, Asia, África y Australia), sino por tener en la val de Sollavientos, a 1.600 m., una población en su límite altitudinal. Es una especie friolera, estando ausente en lugares con isotermas en enero inferiores a 3,5ºC, algo que no se cumple en Allepuz, donde la temperatura media de este mes es inferior a 2ºC.

Buitrón (Cisticola juncidis). Foto: José Beneito Montagut

En las Peraltas muchos prados están cerrados con muros de piedra seca.

En algunos ribazos, además, hay setos con espinos. En ellos, en primavera y verano, puede observarse el alcaudón dorsirrojo.

Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio). Foto: Carlos Pérez Naval

De nuevo se trata de otra especie de gran interés biogeográfico. Los prados salpicados por espinos de la sierra de Gúdar son ambientes muy apropiados para este alcaudón.

Como reproductor se distribuye desde Europa Occidental hasta el oeste de Siberia. Al concluir el verano migra hacia la mitad meridional de África donde pasa el otoño y el invierno.

En la península Ibérica, es una especie común en los Pirineos, en la cordillera Cantábrica y en el norte de la cordillera Ibérica …

Fuente: Atlas de las Aves Reproductoras de España

… siendo menos frecuente en su mitad meridional.

Un sendero surge a mano izquierda. Pasa junto a un bosquete de viejos sauces trasmochos …

… y permite llegar a la masía de Peralta Alta.

Mas de Peralta Alta

La margen derecha (izquierda en nuestra ruta) del valle de las Peraltas corresponde a un mosaico de prados, bancales son setos arbustivos y bosquetes de pino royo y chopo cabecero …

… mientras que la margen izquierda (a mano derecha, al remontar el valle) prospera un frondoso y umbrío bosque de pino royo que desciende de la Loma Bellida (1.768 m), divisoria con el barranco de las Umbrías, ya en término de Gúdar.

En estos pinares de la vertiente norte de la sierra de Gúdar es posible ver la silueta del azor

Azor o águila-azor (Accipiter gentilis). Foto Carlos Pérez Naval

… sorteando fugazmente los troncos de los pinos mientras persigue atropelladamente a una paloma torcaz o a un arrendajo.

Cuando cae la tarde, durante los primeros meses del año, se oye el lastimero y profundo ulular del cárabo

Cárabo común (Strix aluco). Foto: Carlos Pérez Naval

… que hace su nido en los huecos de los pinos viejos.

Más fácil es escuchar al melodioso canto del zorzal común, también nidificante en estos pinares de montaña …

Zorzal común (Turdus philomelos). Foto: Carlos Pérez Naval

Se trata de otro caso de un ave de óptimo eurosiberiano que también nidifica en la val de Sollavientos …

En estos bosques y prados de la sierra de Gúdar …

… se han registrado indicios de reproducción de tres especies que son propias de ambientes forestales eurosiberianos. Nosotros no los hemos llegado a ver en la val de Sollavientos. De momento.

Dos de ellos, son muy abundantes en la península Ibérica durante sus pasos migratorios. Es el caso del colirrojo real

Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus). Foto: Carlos Pérez Naval

y del papamoscas cerrojillo

Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca). Foto: Carlos Pérez Naval

Siendo la presencia de tercera especie más común durante las invernadas. Es el caso del reyezuelo sencillo

Reyezuelo sencillo (Regulus regulus). Foto: Carlos Pérez Naval

El valle se va estrechando y el bosque rodea al camino. Se alcanza un desvío a mano derecha que corresponde a una pista forestal aprovechada como Ruta BTT. Justo enfrente, sale una senda entre chaparras, prados y pinos. Es la que toma nuestro itinerario.

Los prados corresponden a antiguos bancales cultivados ahora aprovechados por los rebaños trashumantes que estivan en la val. En los ribazos prosperan densos espinares en los que nidifica el acentor común

Acentor común (Prunella modularis)

… también nidificante en los bosques atlánticos, centroeuropeos y boreales donde es muy habitual, pero no tanto en ámbitos mediterráneos donde es más común como invernante.

Distribución geográfica del acentor común. En amarillo, presencia estival. En azul, presencia como invernante. En verde, en toda época. Fuente: Wikipedia

La senda alcanza la divisoria de aguas con el valle del río Sollavientos. La panorámica es espléndida mostrando hacia el este y el sur las cimas del Recuenco (1.972 m), Alto de la Nave (1.977 m) y la Zaragozana (1.912 m), entre otros.

La senda desciende hacia el valle siguiendo la dirección de una larga pared construida con losas de calizas en técnica de piedra seca. Es impresionante.

Sobre los muros de piedras que cierran los prados destaca la silueta de la collalba gris, siempre tan inquieta, siempre con su áspera alarma.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe). Foto: Chusé Lois Paricio

La senda atraviesa unas praderas en las que, poco a poco, van entrando las chaparras, agrillos y enebros desde los ribazos de los bancales. No es raro ver pequeños bandos de chovas piquirrojas o a la pareja de águila real que caza alguna liebre por estos prados.

Desciende decidida hacia el fondo del valle. Poco antes de llegar al Mas Royo hay que tomar un desvío a mano izquierda que sigue un pequeño barranco por el que se llega al río. El sendero se desdibuja entre el río y las cerradas de las fincas. No tiene pierde. Hay que seguir el curso del agua.

Destacan los robustos sauces (sargas, les llaman aquí) trasmochos. Algunos ejemplares son magníficos.

El paraje es de una gran belleza …

Las complejas cabezas de estos árboles y los densos espinares ofrecen un ambiente apropiado para el chochín, que nidifica en la zona, o para el escribano cerillo, que forma pequeños grupos durante la invernada.

Los chopos cabeceros también son formidables …

Mirlos comunes, petirrojos, zarceros comunes, pinzones vulgares, escribanos soteños, pitos reales, verdecillos, carboneros comunes, currucas zarceras, ruiseñores comunes … y otros muchos pequeños pájaros hacen sus nidos en esta dehesa fluvial. El cuco, siempre atento, aprovecha el abandono temporal del nido de la hembra de alguna de estos pequeños pájaros para robar un huevo y dejar otro propio en su lugar.

Cuco (Cuculus canorus)

El río Sollavientos presenta rápidos y pequeños saltos de aguas …

… que se alternan con tramos de un lecho de menor pendiente en el que llegan a formarse charcas temporales tras periodos de precipitaciones cuantiosas.

Estos humedales favorecen el desarrollo de plantas acuáticas y de otras palustres en sus márgenes, una vegetación que se enriquece por la abundancia de arbustos y de gruesos árboles, cuyas ramas caídas forman ambientes de gran interés para la vida silvestre.

En la invernada, estos prados húmedos son querenciosos para un ave que llega desde los bosques del norte de Europa: la chocha perdiz.

Conviene cruzar el arroyo y pasar a la margen derecha para salir del soto fluvial. Puede hacerse remontando una suave vaguada cubierta de prados salpicados de espinos. Se sale a la carretera poco antes del Mas de Palomar.

Las alondras comunes sobrevuelas los prados y las picarazas se mueven entre las viejas sargas y los espinos.

Siguiendo por la carretera, a algo menos de unos 300 m, surge a la derecha una buena pista -señalizada como ruta de BTT- que, al poco se bifurca, debiendo pomar el desvío de la izquierda que asciende. Es una cañada real utilizada desde hace siglos por los rebaños trashumantes de ovejas por los pueblos del Alto Alfambra y Alto Guadalope. De hecho la pista recorre la divisoria de aguas de las dos cuencas. El río Guadalope nace de la confluencia de los barrancos del Morrón y del de Partida Alta, justo el que se abre a la derecha del excursionista.

La vista es magnífica hacia el valle del Guadalope, más profundo, en el término de Villarroya de los Pinares

… como hacia el más somero valle del Sollavientos.

Estos ambientes abiertos son apropiados para observar planeando a dos rapaces forestales: el águila calzada y la culebrera europea.

Culebrera europea (Circaetus gallicus)

La pista deja una serie de cabezos que impiden ver el Mas Quemado y el Mas de Pina, donde destaca una monumental sabina albar que se deja ver a mano izquierda.

Tras el cuarto cerro se abre una amplia llanura salpicada de pinos en sus márgenes y en su mayor parte cultivada. La parte central corresponde a unos prados que se encharcan con gran facilidad tras episodios de lluvias abundantes a pesar de haber sido drenados. Es la laguna de la Atalaya.

Probablemente se trate de una dolina colmatada. Está situada a 1.610 m de altitud, entre dos cuencas hidrográficas. Una verdadera singularidad hidrográfica.

En los prados y en los cultivos de cereal de su entorno es fácil encontrar a la lavandera boyera …

Lavandera boyera (Motacilla flava)

… ya cerca de su límite altitudinal superior.

Tras rodearla hay que volver hacia el valle del Sollavientos dejando a mano izquierda el Mas de la Atalaya y siguiendo una senda (también ruta BTT) que pasa junto a una cerrada de piedra seca. Estamos sobre los cantiles rocosos que asoman sobre el Mas de la Cambra, el punto de partida de este itinerario ornitológico.

En estos peñascos, en lo más crudo del invierno, puede verse el acentor alpino

Acentor alpino (Prunella collaris)

… lo que puede ser un espléndido broche para el aficionado a las aves que se anime a recorrer este hermoso valle …

… también en estos meses de reposo vegetativo.

.