NUEVAS FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS Y UNA PEQUEÑA SORPRESA DECORAN LAS CALLES

NUEVAS INICIATIVAS CULTURALES EN MONTEAGUDO DEL CASTILLO

De la exposición fotográfica costumbrista que las asociaciones culturales y el Ayuntamiento de Monteagudo del Castillo organizaron el pasado verano fueron seleccionadas cinco fotografías para ser plasmadas en soporte plástico y expuestas al público sobre paredes de edificios.

Imágenes de trabajos cotidianos, como la colada en el lavadero público, el cuidado de los rebaños de la dula o la trilla en la era tras la siega, o de momentos de fiesta como el paso de la rondalla o una procesión fueron impresas y colgadas en el invierno pasado.

Esta iniciativa ha sido ampliada con la instalación de cinco nuevas lonas con fotografías antiguas que lucen desde hace unas semanas en las fachadas de Monteagudo del Castillo.

Una de las fotos presenta un paisaje urbano de Monteagudo. Unos niños que se encuentran en la plaza y que miran a la cámara situada en el interior del trinquete. Esta fotografía es un documento y una novedad para los niños actuales que ya han conocida a esta lonja cerrada por una cristalera.

Dos de las fotos son retratos colectivos.

Una de ellas recoge una imagen de adultos pertenecientes a la familia del Tío Emiliano posando en la puerta de una casa.

La otra, por el contrario, muestra una multitudinaria chiquillería que nos recuerda la vitalidad demográfica de Monteagudo de hace unas décadas. Merece fijarse en la alegría que exhiben los niños del colegio durante una excursión escolar por el entorno del pueblo.

Las otras dos imágenes reflejan tareas cotidianas, las que ocupaban la mayor parte del tiempo (y de la vida) de los adultos y de los jóvenes.

Una es una fotografía de los trabajos asociados a la siega del cereal. En concreto, el de atar fajos con la ayuda del garrotillo …

Otra fotografía se ha colocado en la fachada de una casa que se encuentra junto a la fuente del Bastero. En la misma aparecen dos mujeres cogiendo agua en pozales y garrafas.

Muy cerca de esta fuente, se ha instalado una efigie de una mujer joven cargada de dos cántaros. Es una silueta en hierro y se con colocado sobre una piedra.

Esta iniciativa recuerda a los niños y jóvenes actuales las costumbres, tradiciones y trabajos de sus antepasados. Y, al mismo tiempo, devuelve a las calles a las personas que en su tiempo las llenaron de vida.