UN TESORO ESCONDIDO EN LA ROCA
Las rocas que afloran en la superficie del valle son materiales sedimentarios químicos depositados por la precipitación de carbonato cálcico disuelto sobre caparazones de moluscos y sobre limos en mares cálidos y poco profundos carbonatados durante el Cretácico. Predominan las calizas, las margas y las dolomías.
En concreto, el peñasco junto al que pasábamos estaba formado por dolomías. Una roca sedimentaria de origen químico, suele producirse a partir de calizas sometidas a la acción de flujos que modifican su composición aportándole magnesio en ambientes marinos de escasa profundidad. Es pues, un carbonato de calcio y magnesio.
Los cristales se disponían de una doble manera. Por un lado, en algunas partes de la geoda se presentaban con sus láminas paralelas entre sí, como las escamas de los peces. En otras, estaban intercalados unos con otros llegando a formar maclas y ofreciendo un aspecto tan desordenado como hermoso.
En muchos de los pueblos de la Sierra abundan las leyendas que aseguran la existencia de tesoros escondidos en grutas y que han sido intensamente buscados. Tal vez los tesoros no sean monedas o joyas, sino estas diminutas bellezas que ha formado la Naturaleza a lo largo de los siglos.