AGUILAR NATURAL 16

Las pasadas semanas ha visto la luz el número de otoño de «Aguilar Natural«, la publicación cultural de Aguilar del Alfambra que alcanza, con éste su número 16. De manera regular, impasible al desaliento, sus veinticuatro páginas reúnen un ramillete de artículo entre los que cabe la creatividad literaria, el humor y, sobre todo, la descripción del patrimonio tanto natural como cultural, bien en su vertiente material como inmaterial de esta localidad serrana.

En la actualidad Aguilar Natural es una de las escasas publicaciones periódicas de carácter local que se editan en el Alto Alfambra. En tiempos en los que imperan la transmisión de la información a través de internet, mantener año tras año, un espacio para dar a conocer a los vecinos de Aguilar y a sus visitantes la historia, la cultura y la naturaleza es un milagro y un ejemplo de perseverancia y de cariño al pueblo.

Comienza con una pequeña sección de humor gráfico a cargo de Joaquín Najes Guillén.

Le sigue el poema «Caminando por la riera (de la vida)» de José Ortín Pascual. En los versos se describe un paseo por la ribera del Alfambra, un paseo tan querido por los aguilaranos. En el mismo el autor introduce los elementos de este paisaje (la palanca, el chopo del Remolinar, el árbol fénix, el molino viejo … ) trazando una metáfora entre el paseo con la singladura vital de las personas.

Las gentes que pueblan un territorio se han visto en la necesidad de nombrar cada uno de los parajes para referirse a ellos con precisión dentro de la comunidad local. Estos nombres son los topónimos. Y han ido surgiendo, consolidando y trasmitiendo a lo largo del tiempo a través de su empleo. Este es el tema del artículo «Toponimia de Aguilar del Alfambra» del que es autor Xavier Carqués Valera. Los parajes, las formas del relieve, las fuentes, los caminos … reciben denominaciones alusivas a las plantas o a los animales que en ellos viven, a los materiales terrestres que en ellos afloran, a los usos humanos del espacio o a las formas que les han sugerido a sus habitantes.

Estos nombres son también un testimonio de las hablas de los mismos, cambiantes a lo largo del tiempo, celtas en algún caso, árabe en más casos y, sobre todo en lenguas romances (aragonés y castellano). La toponimia es, pues, un rastro de la historia cultural de un territorio. Y todo un patrimonio cultural inmaterial.

La fuina o garduña es un pequeño mamífero carnívoro que habita en entornos humanos que sirve de tema para el siguiente artículo «La fuina (Martes foina)» del que es autor Chusé Lois Paricio Hernando. La historia natural (alimentación, reproducción, ecología …) y los indicios de su presencia (huellas y otros indicios) de este discreto animal son descritos mediante textos y una colección de ocho fotografías tomadas por el propio autor.

El último artículo «Rejas y balcones en Aguilar» del que es autor Manuel Najes Guillén completa el contenido de este cuaderno. Es un exhaustivo trabajo en el que de forma pormenorizada se describen las rejas y los balcones elaboradas por los artesanos locales y que pueden verse en algunos de los edificios de esta localidad.

El autor, nieto e hijo de Manuel y Gregorio Najes, es un buen conocedor de las técnicas, materiales, herramientas y trabajos caracteriza con detalle de los obras que pueden verse en la antigua herrería, la Casa Muñoz, la Casa de María Benedicto, la Casa Lugar (Ayuntamiento), la Casa de Mariano Galindo, la Casa de Adolfo Izquierdo o la Casa de los Herreros. Crea una ruta temática para recorrer las calles de Aguilar con otra mirada, con la atención puesta en el trabajo de los artesanos del hierro como parte de la arquitectura popular. Otro elemento del patrimonio cultural material.

Enhorabuena, de nuevo, a la Plataforma Aguilar Natural por su perseverante trabajo por la cultura local.