CONFERENCIA SOBRE EL CAMINO DE LOS PILONES EN EL POBO
POR JOSÉ RAMÓN SANCHÍS
El pasado viernes 11 de septiembre tuvo lugar en la localidad de El Pobo una actividad cultural consistente en una conferencia que llevó por título “El Camino de los Pilones” y que fue impartida por José Ramón Sanchís, historiador, archivero y especialista en el tema.
El Camino de los Pilones es un camino histórico, un tramo de un antiguo camino real entre la ciudad de Teruel y la comarca de Els Ports de Morella, que recorre buena parte del sur de Aragón y un sector del Maestrazgo de Castellón. Este itinerario pudo coincidir con el que, en sendos viajes, transitó el rey Jaime I El Conquistador desde Teruel hacia Morella y hacia Peñíscola, pasando por Allepuz y Villarroya de los Pinares, como se deduce del documento conocido como «Llibre dels feits».
La costumbre de señalar los caminos con montones de piedras, columnas o árboles es conocida desde la Antigüedad, siendo un conocido ejemplo los miliarios levantados por los romanos a lo largo de las calzadas que construían.
El Camino de los Pilones sigue un recorrido de un camino cuyo origen se remonta, al menos, al Medievo. Debió ser una vía de salida para la lana y los productos textiles confeccionados en las Tierras Altas de Teruel hacia los puertos de Vinaroz, Peñíscola o Castellón desde donde eran exportados hacia Italia, Francia o Flandes, además de para otras mercancías. Esta actividad económica tuvo una especial intensidad desde finales del siglo XV hasta principios del XVII según recoge la documentación histórica.
Entonces las sierras de Teruel eran un territorio poblado y muy activo. Por sus caminos, los más de herradura, se desplazaban diariamente muchas gentes y muchas mercancías. Por la orografía y el clima, eran unos caminos difíciles sobre todo durante los largos inviernos, cuando las nieves cubrían las montañas. E incluso peligrosos, cuando las nubes se instalaban reduciendo la visibilidad y más si venían acompañadas de ventisca, pudiendo provocar la desorientación o la precipitación hacia barrancos. Las crisis frías y las anomalías en las precipitaciones acontecidas en los siglos XVI y XVII (Pequeña Edad del Hielo) en Aragón, incrementarían todavía más la peligrosidad.
Para resolver este problema se erigieron a lo largo del camino real unos grandes pilones o hitos. Fueron construidos con obra de mampostería con trozos de piedra caliza aglutinados por mortero. Son de forma cilíndrica, con mayor diámetro en basamento y remate o capitel. Tienen en general una altura aproximada de 2’50 metros. En cada pilón podemos diferenciar tres partes: basamento, fuste y terminación. La base es un cilindro de unos 75 cm de diámetro y una altura variable entre 50 y 65 cm. El cuerpo intermedio, algo más esbelto y generalmente con el mampuesto enlucido, tiene un diámetro de 60 y una altura de 150 cm. Este soporta un capitel, de idéntico diámetro que la base e igualmente sin lucir, pero mucho menos alto (10-15 cm) y que puede estar cubierto por una redondeada cobertera.
Los pilones se sitúan en los laterales del camino a distancia regular, entre 30 y 50 metros, con el fin de obtener una relación visual entre ellos para no perderse en condiciones de adversidad meteorológica -que debieron ser frecuentes- en un paisaje intensamente deforestado por su dedicación a pastos.
El historiador José Ramón Sanchís, en base a diversos documentos consultados, sugiere que la construcción de este camino debió de ser realizada o, al menos, promovida, por el Estado a mediados del siglo XVIII. Posiblemente durante el reinado de Felipe IV de Aragón (V de España). En esta época, en plena Ilustración, las comunicaciones se impulsaron para favorecer el tránsito de mercancías y el comercio.
Se han encontrado pilones en Corbalán, El Pobo, Cedrillas, Allepuz, Villarroya de los Pinares, Fortanete, La Iglesuela del Cid y Portell de Morella. El estado de conservación de estos monolitos es desigual fruto de los distintos avatares históricos padecidos. Pero hay notables entre aquellos que mantienen su integridad lo que sugiere que pudieron ser construidos por diferentes equipos, posiblemente de origen local, a partir de un mismo patrón.
El Camino de los Pilones, en el tramo comprendido entre Allepuz y Villarroya de los Pinares, fue declarado por el Gobierno de Aragón como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico (Decreto 69/2008). Junto con el Camino de Santiago a su paso por Aragón, es el único itinerario cultural e histórico que ostenta este reconocimiento. El historiador José Ramón Sanchis comentó la necesidad de mejorar el conocimiento de esta ruta mediante la investigación, tanto en el campo como en las fuentes documentales, así como extensión del citado reconocimiento cultural a todo el conjunto del Camino de los Pilones.
Este itinerario histórico y cultural está siendo muy empleado por las personas aficionadas a la práctica del senderismo. Desde hace años en el tramo comprendido entre las localidades de Allepuz y Villarroya de los Pinares (Ruta de Jaime I o Camino de los Pilones). Pero, también desde hace unos meses, en el situado entre El Pobo y Corbalán, a partir de la creación un sendero de pequeño recorrido (PR) y de los trabajos de consolidación de los monolitos en una iniciativa promovida por los ayuntamientos de estas dos localidades. El conferenciante propuso el fomento de actividades senderistas a lo largo de todo el Camino de los Pilones como una vía para descubrir los paisajes y el patrimonio cultural, así como de fomento socioeconómico para el territorio asociado a esta modalidad de turismo activo.
Al término de la charla se suscitó un interesante debate entre el público asistente el ponente planteándose algunas de las numerosas dudas que suscita este itinerario histórico tan singular que está comenzando a ser interpretado tan solo desde hace unos años.
Esta actividad ha sido organizada por el Ayuntamiento de El Pobo y el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra y se enmarca en el programa anual de actividades que está desarrollando en 2020.