LA GANADERÍA EXTENSIVA, UNA OPORTUNIDAD

Criar rebaños de ovejas, cabras y vacas ha sido, desde hace siglos, la principal actividad productiva de las tierras del Alto Alfambra. Esta práctica debió ser muy temprana, como sugieren los yacimientos arqueológicos celtíberos de la Val de Sollavientos, un enclave de estricta vocación ganadera, estando sujeta con el paso del tiempo a los vaivenes históricos de las diferentes culturas que por aquí pasaron. 
Vacas de carne en La Salobreja (Monteagudo del Castillo)
La trashumancia fue la herramienta para conseguir que la ganadería entrase en la economía de mercado en el sur de Aragón. La expansión de la Corona de Aragón hacia el litoral valenciano posibilitó unos derechos de pasto durante los meses desfavorables, ofreciendo una segunda primavera, cuando la Sierra carecía de herbajes. De ahí, al desarrollo de la manufactura de la lana mediante la producción de paños y a la especialización de la economía en el eje pasto-oveja-lana. Casi todos los aspectos de estas sociedades y de los paisajes serranos se explican a través de la importancia de esta actividad.

Rebaño de ovejas pastando en los alrededores del pueblo (Monteagudo del Castillo)
La ganadería extensiva está en crisis en las Tierras Altas de Teruel. No es algo nuevo, en realidad su declive ya viene desde el siglo XVIII. Pero en la actualidad, la sensación de crisis es mayor por que a los cambios productivos se les suma la antigua extensa roturación de pastos para su uso agrícola (muchos de ellos de escasa aptitud) y, sobre todo, la profunda crisis social del mundo rural, asociada a la emigración, el envejecimiento demográfico y la despoblación.
Majada de El Villar (Jorcas). Obsérvese el desarrollo de las matas de agrillo por la ausencia de ganado desde hace décadas.
Sin embargo, la ganadería extensiva mantiene un gran potencial en el Alto Alfambra. La sociedad sigue cambiando con rapidez y demanda alimentos de calidad, que además hayan sido producidos en territorios que atesoran valores naturales y culturales. 
Es cierto que son múltiples los problemas que atañen a la cría de ganados en los montes con normativas, mercados y sociedades cada vez más alejadas del campo y de sus valores. Pero en muchos lugares surgen iniciativas para recuperar la presencia de las ovejas, las cabras y las vacas en los campos y en los montes. Y en Monteagudo del Castillo, también.
La Asociación Cultural, la Agrupación Amigos del Pairón y el Ayuntamiento de Monteagudo, con el patrocinio de Quesos El Hontanar, la Comarca Comunidad de Teruel y el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, han organizado una jornada dedicada a la ganadería y a las posibilidades que tiene en esta localidad (y en las vecinas). 
El Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra es una herramienta de desarrollo a partir de la conservación y valorización del patrimonio cultural que tiene un tema principal, el paisaje rural, y dos ejes, las arboledas de álamos negros trasmochos y la ganadería extensiva. 
Por eso, el próximo día 1 de diciembre, estaremos en Monteagudo del Castillo.