LA JOTA, HACIA SU DECLARACIÓN COMO PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD

LA APORTACIÓN DESDE CEDRILLAS

La jota es un género musical tradicional en forma de baile popular y canción que aparece, con esa denominación y según algunos estudiosos, en el siglo XVIII y que se desarrolla y está presente, con diferentes matices y localismos, a lo largo de todo el territorio español.

Por ello, la jota representa en la sociedad española actual como:

  • Un hecho de cohesión cultural entre comunidades humanas. Un lenguaje común basado en los códigos interpretativos antiguos que puede ser entendido, interpretado y recreado por las diferentes comunidades portadoras que la practican y desarrollan.
  • Importante dimensión social y cultural. Son numerosísimos los colectivos de diferente naturaleza que interpretan, recogen y consideran la jota como parte de sus prácticas cotidianas y habituales. Grupos folklóricos, cuadrillas, rondas, rondallas, o simplemente individuos que siguen practicando, recreando y disfrutando la jota desde el ámbito natural.

De igual forma, la jota ha sido un elemento inspirador de otros ámbitos artísticos y culturales como las artes plásticas, la música académica representada, en la literatura o en el propio cine.

  • Está presente en multitud de espacios y tiempos a lo largo del ciclo anual y vital, no solo en los repertorios y montajes escénicos, sino también asociada a festividades en las cuales el propio desarrollo del ritual contempla la jota como parte fundamental de su esencia: reuniones y celebraciones sociales y familiares, encuentros de música tradicional, festivales, concursos y espacios relacionados con la formación.

La jota como género tradicional, está presente en la sociedad actual en dos ámbitos:

  • El contexto natural (asociado a la tradición). La jota en su espacio original y
    natural, con un sentido social y activo de los y las participantes, bajo la función del
    divertimiento, el disfrute, la socialización y la vinculación a espacios y tiempos festivos.
  • El ámbito escénico (desde la espectacularización). En representaciones, recreaciones,
    montajes destinados al espectáculo, con un público pasivo que participa desde fuera.

Asociados a estos dos ámbitos, la jota está presente en una serie de manifestaciones a través de las cuales se desarrolla y recrea:

  • La música y el canto: Estilos diferentes, tipologías, peculiaridades, metodologías de aprendizaje, códigos tradicionales de ejecución, evolución…
  • El baile: Estilos, escuelas, instrumentos asociados, características, coreografías, códigos tradicionales de ejecución…
  • La indumentaria: los trajes populares, las indumentarias tradicionales y las indumentarias ceremoniales.
  • Instrumentos musicales: diversidad, características, peculiaridades, localismos,
    recuperación…
  • La transmisión: escuelas de folklore, de jota y baile tradicional, interés social en las nuevas generaciones y ámbitos sociales, sistemas y metodologías de aprendizaje.
  • Los espacios donde se desarrolla la jota: domésticos, urbanos, rurales, festivales, encuentros de música y baile tradicional (cuadrillas, rondas), fiestas…

La jota es una más de las diversas y numerosas manifestaciones folklóricas aragonesas. Es una de las más extendidas, aunque tiene su mayor arraigo en el valle del Ebro y, por ello, en la ciudad de Zaragoza donde se ha fomentado extraordinariamente desde finales del siglo XIX como una muestra de identidad, vinculándola al mismo tiempo con la advocación a la Virgen del Pilar.

A iniciativa de diversas asociaciones culturales, en 2019 las Cortes de Aragón solicitaron al Gobierno de Aragón que iniciara las gestiones para inscribir la candidatura de la jota en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Pero la jota es una manifestación folklórica compartida con otras quince comunidades autónomas que se han sumado para impulsar la candidatura correspondiendo al Ministerio de Cultura y Deporte las labores de coordinación del expediente.

La jota es también una manifestación cultural tradicional propia de los pueblos que componen el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. Y podía escuchársele a un pastor en el monte, a un grupo de rondadores acomapañado de guitarra, laúd o bandurria por cualquier calle o en cualquier fiesta familiar o comunitaria. Pero también, en su expresión de baile, más o menos espontáneo. En cualquiera de los pueblos.

Entre todos ellos destaca la vinculación de Cedrillas con la jota en donde mantiene todavía una notable vitalidad, hecho que se ha ido perdiendo en el resto conforme lo ha hecho su población.

Con buenos tañedores …

Con buenos cantadores y cantadoras …

Con letras que hacen referencia a cualquier aspecto de la vida y de las relaciones personales, pero también alguna vinculación más estrecha con el espacio habitado, sobre todo en las jotas de ronda. Un ejemplo son estas cuatro extraídas de colección recogida por Ramiro Martín:

Santo y olmo de la plaza,

tantos que os han visto rondar,

son aquellos que se fueron

y en el recuerdo si están.

Esto es la calle Mayor,

pasas el puente al ferial,

por un lado el Mardanchón,

y por el otro está el Rabal.

Esta es la calle el Granero,

yo no paro de pensar,

que antes pasaba la ronda

y ahora dejó de pasar.

Ya hemos llegado a este alto,

Alta a la calle Mayor,

que yo ganaba carreras

en San Juan y el Salvador.

Con indumentaria propia o no …

y con una preocupación de nutrir los grupos de jota haciendo cantera a través de la escuela de jota …

Cedrillas mantiene una escuela de canto de jota a la que se incorporan cada año nuevos niños. La escuela de baile, ya es más difícil, pues como en otros lugares suelen faltar chicos que quieran aprender.

En las celebraciones de Cedrillas participa el grupo de canto de jota de la localidad. En las romerías a la ermita de Santa Quiteria se escuchan jotas en la celebración religiosa y se les ve bailarlas a los jóvenes.

Y también en las fiestas en honor a la Virgen del Pilar tanto durante la misa como en la ofrenda, así como en la popular ronda se puede comprobar la vitalidad de la jota. Este es el programa de este año:

Pero las costumbres cambian cuando lo hacen los tiempos y las sociedades. En el pasado las jotas estaban presentes en la mayoría de las fiestas de Cedrillas y de otras localidades serranas. En la actualidad, por los cambios sociales, han sido sustituidas por otros ritmos. La gente joven prefiere otros estilos musicales. Hay evoluciones, tan interesantes como necesarias, como es el caso de la ronda Astí queda Ixo! o el del grupo Burearte en la que también participa algún vecino o vecina de Cedrillas.

En cualquier caso, como acertadamente recoge Javier Ibáñez en el análisis sociológico de la jota en Cedrillas que puede verse en la sección local del Museo de Cedrillas. Paisaje y Naturaleza ….

Actualmente, los géneros musicales interpretados durante la parte más lúdica de la fiesta, en verbenas y discomóviles, poco tienen que ver con la jota o con la mayor parte de las restantes manifestaciones del folclore musical aragonés. Sin embargo, existe un consenso generalizado en la necesidad de mantener viva la jota, como algo propio que no se quiere dejar perder. Han cambiado los usos y parte de los contextos en los que se desarrolla la jota; pero, en gran media, se mantiene su función comunitaria e identitaria.

Fotos antiguas extraídas del libro «Cedrillas. Memoria y etnología 1850-2006».