VISITA DEL IES VEGA DEL TURIA

El pasado 4 de mayo recibimos la visita del IES Vega del Turia de Teruel. Era la primera vez que venía un centro educativo de Educación Secundaria al Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra desde la declaración del estado de alarma por coronavirus en marzo de 2020. Por ello estábamos muy contentos.

La mañana era fresca y el cielo estaba cubierto de nubes.

Más de cuarenta alumnos y alumnas de 1º ESO bajaron del autobús acompañadas por Raquel y Conchi, sus profesoras de Biología y Geología.

Primera actividad. Visita del Aula de la Naturaleza del Chopo Cabecero de Los Graneros y presentación de la actividad. Fue el momento de conocer qué es un parque cultural en Aragón y los motivos de la declaración del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra.

Y, tras ello, comenzamos el paseo que nos ocupó toda la mañana. Tomamos la carretera dirección Ababuj y nos desviamos por la pista que pasa por el molino de San Antonio y acerca a la vega del Alfambra. Era el momento de comprender la organización tradicional del espacio agrícola, la gestión y el aprovechamiento de las aguas, la aptitud de este territorio para la ganadería y de descubrir unos árboles enormes en los ribazos de los campos: los chopos cabeceros.

Se trataba de intentar comprender las razones de la existencia de estos árboles tan característicos de los paisajes agrícolas de la provincia de Teruel y que resultan tan raros en los del resto de Europa.

En los linderos, junto a estos árboles, había setos de arbustos espinosos cerrando los campos y, en ocasiones, muros construidos por losas de roca caliza mediante la técnica de la piedra seca. Era la ocasión para observar que hasta en un medio tan difícil como es una roca expuesta al sol y al viento, prospera la vida, en este caso, por los líquenes, existiendo una notable diversidad como pudimos comprobar.

El camino nos fue acercando al río. En el camino vimos muchos chopos cabeceros con ramas muy gruesas, pero también algunos recién podados, la actividad que permite rejuvenecer el ramaje y producir madera que se emplea como combustible doméstico. También vimos algunos ejemplares enormes y huecos, y reflexionamos sobre la edad que pueden alcanzar y sobre la capacidad de ofrecer hábitat a la comunidad biológica de estos ecosistemas agrícolas.

Mientras tanto alcanzamos la ribera del río Alfambra que bajaba espléndido tras las recientes lluvias primaverales.

Fue el momento de poner la mirada en el medio físico de este territorio. Hablar sobre la cordillera Ibérica. Sobre el clima de estas montañas: frío, como corresponde a su notable altitud pero de precipitaciones inferiores a lo esperables. Sobre el relieve, con un valle que se abre donde afloran rocas blandas, que se cierra al pasar por los estrechos, y con dos grandes sierras, la de Gúdar y la de El Pobo, que atravesaron para llegar por el puerto de Cabigordo. Y también sobre las características hidrológicas de este río-rambla que llamamos Alfambra, uno de los pocos ibéricos que conserva su régimen natural.

Y, tras el almuerzo, continuamos recorriendo la Arboleda Singular Ribera del Chopo Cabecero, una figura de protección de la Red Natura 2000 declarada por el Gobierno de Aragón.

El río ha creado un escarpe en el que se aprecian muy bien las rocas que forman el fondo del valle. Se veían muy bien estratos de areniscas grises y de arcillas moradas que se depositaron en ambientes marinos y costeros del mar de Tethys a principio del Cretácico (Era Secundaria o Mesozoica). La disposición horizontal de los estratos favorecía la erosión de los materiales más blandos (arcillas) y el desprendimiento de las areniscas que las recubren encontrando enormes bloques en el cauce. Es un proceso que favorece el ensanchamiento de los valles. También sobre la aptitud de estas arcillas para la industria azulejera y sobre las consecuencias económicas, sociales y ambientales que supone este aprovechamiento, a partir de la experiencia de otras canteras en uso en pueblos próximos.

Acompañando al río alcanzamos la base del Cerro, cerca ya de Aguilar del Alfambra. Allí observamos que los estratos de rocas sedimentarias (arcillas, areniscas y calizas) estaban dispuestos muy inclinados. Eran parte de unos pliegues que se formaron cuando, por el choque de placas tectónicas, se levantaron los sedimentos depositados en aquel antiguo mar formando parte de la cordillera Ibérica. En algunos sedimientos de ambientes litorales quedaron impresas las huellas de grandes reptiles (dinosaurios) y en otros las rizaduras que origina el oleaje. Estos pliegues, con el paso del tiempo, fueron erosionados especialmente cuando afectaban a rocas pocos duras (arcillas y areniscas) por eso observábamos solo parte de los mismos.

Muy cerca encontramos el Chopo del Remolinar, Árbol Singular de Aragón, el chopo fénix y llegamos al estrecho de la Virgen de la Peña. Era el momento de iniciar el ascenso hasta la ermita, una subida que nos permitió comprender las dimensiones de los pliegues, la erosión diferencial y un paisaje soberbio.

Una vez alcanzado la cima comprendimos el intenso y antiguo aprovechamiento de los bosques, observamos la extensión de las parameras de la sierra del Pobo y observamos el fantástico cañón fluvial que se abría bajo el mirador donde claramente se apreciaba un gran pliegue abierto por la erosión producida por el río.

Junto al mirador, los restos de un castillo de reconquista y la ermita de la Virgen de la Peña, que pudimos visitar y donde descansamos un poco antes de volver al pueblo …

Tiempo de descanso, tiempo para comer, tiempo de divertirse.

Tras la comida visitamos la granja y la fábrica de quesos «El Hontanar«. Mientras unos recorrían la nave …

en donde comían y descansaban las ovejas antes del ordeño …

y donde además reconocieron a los mardanos, las borregas y los cordericos …

otros conocieron la técnica de la elaboración del queso …

… para después intercambiarse y terminar de comprender la actividad de esta pequeña industria láctea.

Y aún nos dio tiempo para acercarnos hasta la nave de las cabras, unas preciosas cabras negras de la raza malagueña …

Y a media tarde concluimos una estupenda jornada compartida con los alumnos y alumnas de 1º de ESO y con sus profesoras. Cansados pero muy contentos.