EL PAISAJE CULTURAL DEL CHOPO CABECERO EN EL SIMPOSIO EUROPEO SOBRE ÁRBOLES TRASMOCHOS

Los pasados
días 21 y 22  de noviembre se ha
celebrado en la localidad de Leitza (Navarra) el 2º Simposio Europeo sobre
Árboles Trasmochos organizado por la asociaciones Amigos de los Árboles Viejos
y Trepalari, con colaboración del Ayuntamiento de Leitza y el respaldo
económico del Gobierno de Navarra.
Buena parte de
los árboles trasmochos presentes en las campiñas y montañas de Europa hace
décadas que no han sido aprovechados mediante la escamonda. El abandono de la
gestión es uno de los principales problemas de conservación que tienen estos
árboles campesinos ya que con el tiempo presentan falta de vitalidad y
problemas estructurales. Estos árboles tienen un gran valor ambiental, cultural
y paisajístico, siendo hoy en día un patrimonio tan valorado como amenazado. Por
ello, el esfuerzo de los gestores del medio natural se está aplicando a
recuperar el régimen de poda para asegurar la salud y el futuro de estos
árboles, generalmente centenarios y, en algunos casos, monumentales. En
consecuencia, el tema principal del simposio ha sido la «Restauración de
viejos árboles trasmochos: técnicas y resultados».
 
La jornada de
exposiciones orales comenzó con las aportaciones de investigadores ingleses,
como Helen Read o Jeremy Dagleys, que gestionan espacios naturales propiedad de
la ciudad de Londres en los que tienen una extraordinaria importancia ecológica
las hayas y los robles trasmochos. Estos árboles, de complicada restauración,
están siguiendo un proceso de gestión encaminado a garantizar su futuro y el
del hábitat de su entorno.
El equipo de
trasmochadores de Leitza presentó a continuación los resultados de los trabajos
sobre un centenar de árboles, mayormente hayas, retrasmochados desde hace doce
años. Se ha comparado la técnica tradicional de la montaña navarra de poda a la
altura de la cruz, con la aplicada por
los investigadores ingleses, basada en la reducción de copa.
En Suecia los trasmochos de olmo, tilo y
fresno fueron igualmente muy comunes, sobre todo para producir forraje aunque
se perdieron en el siglo XX. Hace cuarenta años comenzó de nuevo el interés por
la poda del trasmocho aplicando la maquinaria forestal. Actualmente hay
subvenciones agrícolas, tanto para la creación de nuevos trasmochos como para
el mantenimiento dentro de sus ciclos de corta y en gran número de cursos y
publicaciones sobre la gestión de estos árboles para los propietarios.
La asociación profesional
Trepalari ha realizado trabajos de recuperación de hayas en el País Vasco
experimentando técnicas diversas. La Sociedad de Ciencias Aranzadi presentó
igualmente los resultados del seguimiento de hayas trasmochas podadas de
diferentes maneras en un bosque de Guipúzcoa.
En el año 2010
la Diputación Foral de Guipúzcoa lideró el proyecto Life+ Biodiversidad y
Trasmochos de la mano de la Comisión Europea gestionando un presupuesto de tres
millones de euros. El proyecto tenía como objetivo la conservación a largo
plazo de los coleópteros saproxílicos de interés comunitario mediante la
permanencia del arbolado trasmocho, bien mediante el retrasmochado de árboles
con el turno perdido bien mediante la creación de nuevos trasmochos a partir de
pies jóvenes que sustituyan a los actuales en un futuro próximo.
Ted Green,
veterano investigador de referencia en Europa, insistió en la dificultad de
recuperar árboles con el turno de poda perdido hace más de cien años y en la cautela
como estrategia a la hora de gestionarlos fomentando el intercambio de
experiencias entre el Reino Unido y España, dos países con gran tradición y
número de gestión forestal de trasmocho.
Cristina
Alcalde presentó las directrices propuestas por la Junta de Castilla y León
para aprovechamientos de leñas en trasmochos de roble en la provincia de Soria.
Javier Muños, de la Asociación Soriana para la Defensa de la Naturaleza hizo lo
propio con el proyecto de inventario colaborativo de chopos trasmochos mediante
una aplicación de teléfono móvil que está permitiendo conocer la distribución
geográfica, el efectivo y el estado de conservación de estos árboles, siendo
destacable que es la primera iniciativa a gran escala que se conoce de esta
naturaleza fuera de Aragón.
El Centro de
Estudios del Jiloca presentó las singularidades del chopo cabecero en cuanto a
su aprovechamiento, interés cultural y ecológico en el sur de Aragón. Y, a
continuación fue desgranando muchas de las iniciativas de educación ambiental,
publicaciones realizadas, investigaciones, conferencias, web e iniciativas
varias que diversas entidades y asociaciones han puesto en marcha durante los
últimos quince años dando por fruto un creciente interés en la sociedad por
estos árboles trasmochos tan característicos de la cordillera Ibérica. Uno de
los frutos ha sido la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial por el
Gobierno de Aragón en 2016 al conjunto de saberes tradicionales que ha
originado un paisaje cultural e histórico de gran personalidad que, en
definitiva, es un reconocimiento a su valor patrimonial. Y, muy recientemente,
la incoación de expediente par la declaración del Parque Cultural del Chopo
Cabecero del Alto Alfambra por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte
del Gobierno de Aragón. Ambas iniciativas fueron muy bien valoradas por los
especialistas reconociéndose el acierto de incluir una perspectiva cultural a
estos árboles gestionados secularmente por las comunidades locales que, en el
sur de Aragón aún se mantienen vivas. 

Las
comunicaciones concluyeron con una aportación de Juan Tomás Alcalde sobre la
biodiversidad en los árboles viejos y las posibles afecciones por el
retrasmocheo a la fauna y con la presentación por Óscar Schwendtner de unas
directrices para los trabajos de trasmoche en Navarra.
Los trabajos
de conservación de árboles trasmochos realizados en Leitza fueron recogidos en
vídeo y presentados en un documental que fue proyectado en el cine municipal.
El segundo día
pudo conocerse directamente el trabajo realizado durante doce años en la dehesa
vecinal de Leitza, en donde cien árboles han sido trasmochados o recuperados,
mediante diferentes técnicas. En dicha mañana podadores de altura redujeron por
segunda vez la copa de un árbol podado hace unos siete años para aproximarlo a
la estructura original.