LOS (ÚLTIMOS) PRADOS DE LA FUENTE CAMBRILLAS

UN VIAJE AL PAISAJE DE HACE 50 AÑOS. EN CAMARILLAS (TERUEL)

Prados de Mas del Blanco. Camarillas (Teruel)

Camarillas. Primeros de junio. La tarde va cayendo. Final de una primavera fresca y lluviosa. Este año todo lleva retraso, los cultivos, los pastos …

Tengo un rato y me entretengo viendo el lustre que llevan los pipirigallos

Pipirigallo o esparceta

y el lento hacerse de las espigas de trigo

Espigas de trigo en plena floración

Recibo una llamada. Es de Pedro Cirugeda. Está en la Solana del Cerrito. Muy cerca. Me ha reconocido desde lejos por el coche. Allá voy. Me gusta estar con Pedro. Siempre aprendo con él. Y más cuando está con su ganado.

Lleva a las ovejas. Unas van marcadas, otras no según si son madres, si están vacías … Es su manera de reconocerlas para estajarlas fácilmente al recogerlas en la majada. Ya les queda poco para esquilarlas. El sábado, me dice, ya les toca.

Estas semanas, tras las lluvias de abril y mayo, ha crecido la hierba aunque no mucho, pues no ha llegado a hacer calor. No les falta comida en la loma.

Las ovejas comen con gana antes de recogerse en la majada. La rasa aragonesa es una auténtica segadora que apura el corte de la hierba en su base. Da gusto verla de cerca mientras come.

Oveja rasa aragonesa

Muchas de las plantas de estos secos pastos son pequeñas matas (caméfitos) o herbáceas vivaces (hemicriptófitos). El regular corte del diente de la oveja modela la vegetación transformando los herbazales y los matorrales bajos en céspedes cortos o en pequeños tallares, respectivamente.

Estamos en la Solana del Cerrito, al pie del Morrita (1.437 m) y del Alto de la Solana (1.441 m) . Estos montes forman parte de una alargada cresta que separa dos valles. Al norte, el del río de la Val, afluente del Guadalope. Al sur, el río Penilla, afluente del Alfambra.

Separan dos cuencas hidrológicas pues las aguas del Penilla, a través del Guadalope, irán hacia el río Ebro, mientras que las del Alfambra lo harán hacia el Turia.

Estas crestas separan, así mismo, dos comarcas. La de Cuencas Mineras, por un lado, y la de la Comunidad de Teruel, por otro.

Son también un límite geológico.

La parte norte, ya en la cuenca del río de la Val (en amarillo, en el mapa geológico), corresponde a materiales terciarios. La parte sur del río Alfambra (en azul y verdes), a materiales jurásicos y cretácicos, respectivamente.

En este sector del Alto Alfambra se ponen de manifiesto los esfuerzos tectónicos desencadenados durante la orogenia Alpina. Al principio del Terciario, al colisionar la placa Africana con la Ibérica y la Europea, emergieron y se plegaron los sedimentos acumulados en el antiguo mar de Tetis, levantando, entre otras, la cordillera Ibérica. Los vigorosos relieves de la joven cordillera se fueron erosionando y los sedimentos liberados, sobre todo los más gruesos, se acumularon en las depresiones cercanas. Esto se refleja muy bien entre Camarillas y Cobatillas.

Al fondo el cerro Morrita, divisoria entre Camarillas y Cobatillas

Los sedimentos depositados durante el Jurásico y el Cretácico en el mar de Tetis fueron empujados desde el sur formando un extenso pliegue que, cuando perdió plasticidad, llegó a formar una extensa falla inversa (cabalgamiento). Tras ello, se produjeron numerosas fallas normales por reajuste de los materiales plegados.

Bajo el cerro Morrita los estratos de calizas y dolomías tienen una disposición vertical. De hecho, estas crestas son el resultado de la erosión diferencial, pues mientras que las dolomías son materiales muy competentes los materiales contiguos (margas y arcillas) son mucho más vulnerables a la acción de las aguas de arroyada.

Nos acercamos a la Fuente Cambrillas. Este manantial surge como resultado de la alternancia de materiales permeables (calizas y dolomías) por los que se infiltra y en los que circula el agua y de materiales impermeables (arcillas y margas) que fuerzan a las aguas subterráneas
a aflorar. Como la superficie de recarga no es muy extensa y las precipitaciones de la zona son escasas, el caudal de la fuente también lo es.

Esta descarga de agua empapa las margas y calizas arenosas contiguas. Esta humedad del suelo permite el desarrollo de una arboleda de chopos y de un pequeño prado que se aprecia bien desde la foto aérea …

o sobre el propio terreno …

Estos prados son un vestigio de los que se extendían por el término de Camarillas y por el resto del Alto Alfambra hasta hace poco más de cuarenta años. Por entonces, el peso de la actividad ganadera en la renta agraria era muy importante en relación con la actividad agrícola. Numerosos rebaños de ovejas, algunas trashumantes, otras no.

Y vacuno, bien vacas de carne …

… bien vacas de leche. De hecho, una empresa lechera de Teruel recogía diariamente las cántaras producidas en estos pueblos serranos.

Y esto tenía su expresión en el paisaje. Los prados eran mucho más comunes que en la actualidad. A veces prados abiertos, otras veces cerrados con muros de piedra seca o con setos de arbustos.

Junto a la Fuente Cambrillas podíamos realizar un viaje en el tiempo …

Los cambios sociales (despoblación, emigración), técnicos (mecanización, concentraciones parcelarias) y económicos (pérdida de rentabilidad, mano de obra) dieron al traste con la verdadera vocación agraria de un territorio: la ganadería extensiva.

La mayor parte de los prados fueron roturados y dedicados al cultivo de herbáceas de secano. Sobre todo, cereal y, últimamente, girasol.

Como agroecosistemas los prados tienen un interés ambiental muy superior al de los cultivos de cereal. A todos los niveles. Mayor recarga hídrica, mayor biodiversidad, menor contaminación, menor erosión …

Este problema, el de la pérdida de suelo, se agravó al eliminarse con los trabajos de concentración parcelaria. Kilómetros de ribazos que reducían las pendientes
o el labrar terrenos no aptos para el cultivo, como los propios cauces de los arroyos. Ahora es fácil ver imágenes como ésta tras cualquier tormenta importante …

… algo habitual en el Alto Alfambra.

Ya me lo había adelantado Martín Gascón, otro amigo agricultor de Camarillas igualmente amante de la naturaleza y también buen conocedor del campo. Cerca de la Fuente Cambrillas crece un serbal nada común por la zona.

Pedro me acercó a un ribazo de un estrecho bancal. Allí estaba.

En plena floración …

Esta especie de serbal, denominado por algunos como peral de monte y de nombre científico Sorbus torminalis, es propia de los claros y orlas de los bosques caducifolios, así como de los bosques mixtos al pie de peñascos y otros ambientes umbríos.

Puede encontrarse en bosques frescos de las cordilleras del sur de Europa, Oriente Próximo y norte de África. En la península Ibérica, sin ser muy abundante, sí que está bien distribuido por las regiones montañosas. Un buen ejemplo es el caso de Aragón, siendo común en Pirineos pero, sin embargo, escaso en la cordillera Ibérica.

Área de distribución del peral de monte en Aragón. Fuente: Atlas de la Flora de Aragón

Destaca la escasez de citas en la provincia de Teruel. Hay una cita en La Puebla de Valverde, muestras de herbario recogidas en Orihuela del Tremedal y, que sepamos, una próspera población en la sierra de Fonfría.

El ejemplar de la Fuente Cambrillas de Camarillas fue localizado por Martín Gascón, el propietario del bancal próximo. Era un arbolillo pequeño rodeado de vizcoderos y otros arbustos. Martín fue cuidándolo hasta que en pocos años se ha hecho un árbol joven pero vigoroso. Se desconoce su origen. Pudo provenir de la dispersión de alguna semilla por las aves. O bien pudiera tratarse de algún ejemplar que sobrevivió recluido entre los setos arbustivos cercanos al manantial y al peñasco. En cualquier caso es una singularidad botánica.

Eran días de esplendor. Las inflorescencias del serbal albergaban una cuantiosa población de una especie de escarabajo de élitros de color marrón rojizo que se encontraba en pleno proceso reproductor.

La abundancia de precipitaciones de la primavera se manifestaba también en la abundancia de flora arvense de los campos. En unos alfaces cercanos prosperaban las resedas …

… con su característica espiga de blanquísimas flores …

Seguimos al rebaño que seguía a lo suyo. Andar y comer, andar y comer a lo largo de la ladera. De vuelta a la majada Pedro recogió un corderico nacido esa misma tarde.

En unos rastrojos de los campos cercanos a la paridera crecían espesos diversos cardos y unas airosas crucíferas de flor amarilla. Las ovejas también se entretenían mordisqueándolas, pero ya con poco interés.

El rebaño comiendo en un rastrojo. Al fondo, el cerro Morrita.

En un primer corral Pedro metió a una determinada oveja. Parecía que se iba a quedar sola. Entró en el cubierto y sacó un par de cordericos …

que enseguida se pusieron a mamar con gana …

Antes de encerrar aún había una palmada de ánimo y cariño a una oveja que estaba echada en el suelo y a punto de parir.

Caía la tarde y las ovejas, comprendiendo que ya había terminado la jornada por el campo, se dirigieron con convicción hacia la majada.

Otra gran tarde con Pedro.