MUCHO MÁS QUE BARROCO

UNA RUTA ARTÍSTICA POR JORCAS, CAMARILLAS Y GALVE

El pasado sábado, 24 de julio, fue un día caluroso pero resultó muy agradable y productivo para las más de ochenta participantes diferentes que acudimos a la propuesta cultural impulsada por el los Ayuntamientos de Jorcas, Camarillas y Galve que materializó el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra (Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón). Participantes que procedían de los tres pueblos convocantes pero  a los que se sumaron otros muchos circunvecinos, así como otros procedentes del Jiloca, Zaragoza, Bajo Aragón o Teruel. Todos ellos vinieron para conocer los “tres tesoros” que tienen esos pequeños pueblos: Jorcas, Camarillas y Galve.

Creo que al agradecer su iniciativa expreso el sentimiento de todos los presentes porque marcó una pauta a continuar con una experiencia modélica  de verdadero Turismo Cultural sostenible, intermunicipal, de calidad y socialmente responsable, dirigido ante todo a sus vecinos como primeros y principales receptores, partiendo de su entorno, sin apenas coste económico pero con esfuerzo, valor formativo y una voluntad a prueba de bomba. Enhorabuena y gracias.

La “excusa” fue el Barroco que a lo largo de los siglos terminaron acogiendo las iglesias de Jorcas, el santuario de la Virgen del Campo en Camarillas y la grandiosa iglesia de Galve. Imaginar lo que en otro tiempo debieron lucir cada una en su estilo y magnificencia pero la ignorancia y la opresión social destruyó, saber su gran valor emocional y artístico y, sobre todo, el grave deterioro en el que tras 82 años de “paz” se encuentra casi todo lo que pudo salvarse de la destrucción da mucho en qué pensar.

Todos aprendimos de todos. Belén Boloqui, que fue catedrática de Arte en la Facultad de Educación de Zaragoza, actual es presidenta de la Asociación Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (APUDEPA), fue explicándonos junto a la historia y características de cada edificio, en qué consisten las “responsabilidades” hacia el Patrimonio que conciernen tanto de la Administración pública e instituciones propietarias como las que debemos asumir  cada uno de los ciudadanos que vivimos y venimos a estos pueblos.   

Después de darnos la bienvenida el alcalde de Jorcas empezamos el recorrido.

Su  iglesia exteriormente no es barroca. Se construyó a finales del XVI y tiene aún algunos elementos de diferentes épocas de gran valor artístico que esperan, como todo el edificio,  ser restaurados, conservados y recuperados para enriquecimiento del Patrimonio Cultural aragonés, porque sabemos que el proyecto arquitectónico se debe a los Xado maestros cántabros que entre otras obras, también diseñaron la iglesia antigua del Castillo en Camarillas y la iglesia de Cretas, de la cual dentro y fuera, ésta de Jorcas es un reflejo en miniatura. Pero no solo por eso sino porque  es en ella donde  puede verse el conjunto de la fachada original con el parteluz que en la de Cretas fue cortado, y porque la jorquina tiene así el valor añadido de ser una de las escasas muestras de dicho elemento existentes hoy en Aragón.  Algo que  debería tenerse muy en cuenta para promover su urgente conservación y restauración.

En el interior supimos también de antiguos retablos muestra de la riqueza acumulada a lo largo del tiempo que aumentó el Barroco con varios altares “menores”, el mayor construido para ella por el jorquino Francisco Moya, imaginero dieciochesco muy apreciado en su tiempo con obras tanto en la capital turolense como en la provincia y en el coro, la sombra que ocupó hasta 1936 un  gran órgano. Sombras, huecos y ausencias motivo de reflexión constante.

Pinturas que semejan rocalla adornan las ventanas

Todos aprendimos de todos. En Camarillas también fuimos recibidos por su alcaldesa. Allí Luís Miguel López nos explicó el origen e importancia histórica del pueblo desde la Historia Antigua hasta el  descubrimiento de la imagen de la Virgen del Campo, la edificación medieval de la antigua ermita precisamente allí y la creación de la Cofradía de los Caballeros de la Ballesta, supimos el valor emocional de ese lugar que trascendió al propio municipio reuniendo anualmente, hasta mediados del pasado siglo, a los cuatro pueblos limítrofes en una especie de Hermandad peregrina, para encontrarse un día precisamente allí e intercambiar  productos, relacionarse, hacer fiesta y tratos. Por algo -seguramente no fortuito-, será y aún no lo sabemos. Los sitios guardan secretos que el tiempo no olvida aunque cambie el motivo.

Y junto a ella está la ermita “nueva”, la barroca del XVIII que Belén destacaba, con sus magníficos  frescos sobre la Virgen coronada pintados por un anónimo discípulo de Bayeu. 

Y ahí vuelve estar el alma del pueblo contribuyendo con su dinero a restaurarla lo mejor posible porque desde 1939 no se ha  acometido ni acomete la restauración integral necesaria del conjunto medieval, renacentista, mudéjar y barroco que podría lucir con el esplendor propio de su calidad y tanto favorecería el empleo y el desarrollo sostenible del municipio y sus alrededores

Numerosos vecinos, junto a su teniente alcaldesa, se sumaron en Galve a la actividad para conocer más sobre la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora ¿Qué decir de este templo?

Desde el exterior nadie sospecharía el impresionante retablo barroco-rococó que nos aguarda dentro, que sí fue restaurado hace algunos años pero no llegó a completarse la obra en la capilla del Sagrario, igualmente grandiosa y precisando también atención urgente  para “curar” los crecientes deterioros que la humedad produce en las pinturas y estucos. Sorprende el cariño y primoroso mimo de los vecinos de Galve a su iglesia, limpia como una patena, deseosos de “sostenerla” en lo que pueden sin medios económicos, buscando impotentes cómo devolverle por completo su lustre.

Una ruta importante, un recorrido lleno de sorpresas, un potencial desconocido, o más bien ignorado, que difícilmente puede disfrutarse en la maraña turística de las urbes. Todavía un aire puro y un paisaje apenas infectado de aspas y placas, un trato de exquisita sencillez, sin prisas ni protocolos, el sabor del buen paladar, un grito de la tierra y sus vecinos por mantener lo que de puro y propio tienen ¡Un lujo!

Ermita nueva del Santuario de la Virgen del Campo

Al final del trayecto la valoración general de los visitantes era doblemente satisfactoria y reflexiva “Ahora conocemos valores importantes que antes no veíamos, sabemos algo más de lo mucho bueno y valioso que hay en este territorio y lo vemos de otra manera.” Ese era un objetivo a cumplir. Ahora también vemos que unos Ayuntamientos que luchan y se esfuerzan por sus pueblos merecen el respaldo, el apoyo y la colaboración de todos para empujar sus iniciativas. Nos necesitan porque nosotros, para vivir, vivir, ya ven, los necesitamos.

Lucía Pérez García-Oliver