SL TE-10. DE CEDRILLAS AL NACIMIENTO DEL MIJARES
UN PASEO INVERNAL
El nacimiento del Mijares es uno de los espacios naturales más bellos de la sierra de Gúdar. Es un paraje muy apreciado por los vecinos de Cedrillas y por los numerosos visitantes que encuentran, a un tiempo, un rincón amable y natural. Y un agradable merendero.
El Mijares es un río que nace en el extremo meridional de la cordillera Ibérica y que desemboca, tras 156 km de recorrido, directamente en el mar Mediterráneo. Un río que organiza a un extenso territorio del sur de Aragón y que, desde tiempos históricos, también ha organizado a sus gentes, acercándolas hacia tierras valencianas.
El sendero local (SL TE-10), perteneciente a la red de rutas comarcales creada por la Comunidad de Teruel unía el núcleo urbano de Cedrillas con el nacimiento del río Mijares; en su inicio seguía el recorrido del río hasta salir a la carretera TE-V-8024 y después desviarse tomando una pista agrícola muy transitada por vehículos hasta llegar al Merendero del Pinar. Se pensó en definir un nuevo trazado para el mismo a través de espacios más tranquilos y que tuvieran una mayor naturalidad.
Este artículo describe el nuevo trazado del SL TE-10 en un paseo realizado en una fría mañana de enero con la compañía de Chusé Lois Hernando.
Se puede descargar el track ubicado en Wikiloc pinchando en este enlace.
El sendero parte de la desembocadura de la rambla de la Hoz en el río Mijares, en el propio núcleo urbano de Cedrillas, donde puede encontrarse un panel informativo con abundantes datos sobre el recorrido y sobre los valores naturales de estas montañas. El punto de inicio y el panel son los mismos del trazado antiguo.
Nos esperan 6,7 km (1 h 45′) hasta el nacimiento del Mijares y 7,7 km (2 h 05′) hasta el Merendero del Pinar.
Coincide durante su primer tramo con el trazado del antiguo sendero. Se cruza el río por un estrecho puente metálico y se pasa junto a un bancal en el que se está creando un parque escultórico.
El sendero sigue un camino asfaltado orlado por una arboleda lineal de espigados álamos blancos (boleanas) y negros (híbridos canadienses) que dan buena sombra en las tardes estivales…
y remonta el río Mijares, escaso en caudal por estas fechas y que aparece ornamentado por numerosos y variados chupones de hielo formados al salpicar el agua sobre los musgos y juncos de sus orillas …
Tan pronto termina esta línea de chopos y antes de llegar al ya evidente molino hay que cruzar el río pisando sobre las piedras que sobresalen y seguir por un camino que pasa entre unos bancales cercados con vacas y algún caballo …
y que remonta el barrio del Ferial en el que hay numerosas y preciosas muestras de arquitectura popular en la que se conjuga la piedra (arenisca o caliza), la madera (pino o chopo), la cerámica y la forja …
y donde merece la pena detenerse para disfrutar de numerosos detalles que esconden una historia de un espacio otrora vivido …
Pero el barrio del Ferial es un espacio con vida y actividad, como puede verse y oírse cualquier día laborable, por la presencia de un obrador de una famosa pastelería y de una serrería reconocida. Y es que Cedrillas es un pueblo con gentes emprendedoras que le aportan un evidente dinamismo económico.
El sendero acerca a un solitario y precioso pajar de dos alturas …
con puertas inferiores por donde se sacaba la paja, y con otra superior, dispuesta al nivel de la era, por donde se metía la paja procedente de la trilla …
La puerta superior, es un auténtico monumento a la cultura del remiendo.
Y es que nuestros ancianos han sido los verdaderos creadores de la cultura de las tres Rs: reducir, reutilizar y reciclar.
El itinerario se habrá desviado hacia la izquierda y mientras asciende por una amplia pista agrícola que pasa entre campos orlados de vizcoderas y galabarderas.
En el suelo de los rastrojos picotean las semillas silvestres buenos bandos de pinzones vulgares (nevateros) y pequeños grupos de escribanos montesinos (escribecartas) …
… y de escribanos cerillos …
Unos y otros, se asustan al vernos, y levantan el vuelo para refugiarse en la maraña de los espinos.
Una señal nos advierte de que hay que dejar la pista (que se desvía hacia la derecha) para seguir recto por una desdibujada senda que continúa ascendiendo.
El otoño fue generoso en lluvias y ha conseguido empapar los campos y los montes, alimentando manantiales que llevaban secos varios meses. Algunas de estas surgencias brotan de las mismas laderas de estas suaves lomas …
congelándose el agua de su corriente a los pocos metros de su andadura, consecuencia de las rigurosas heladas de estas primeras noches de invierno …
Afloran calizas con estratos de disposición horizontal que al erosionarse forman unas suaves gradas …
Calizas que se alternan con arcillas violáceas en las que prosperan unas matas de una leguminosa de escasa talla que está dotada de unos tallos tapizados por largas espinas. En Camarillas la denominan toyago siendo su nombre científico Astragalus granatensis. Una planta endémica de la península Ibérica y el norte de África.
Calizas, arcillas y areniscas depositadas durante la última fase (Portlandiense) del Jurásico Superior (Malm).
A nuestra izquierda se ofrece una magnífica estampa de la campiña de Cedrillas con el inconfundible silueta del cerro del castillo de Monteagudo y el de San Cristóbal, siempre presente en este sector del Parque Cultural.
A nuestras espaldas, una preciosa postal del pueblo de Cedrillas y de su castillo, con el monte Hoyalta y la sierra del Pobo recortando el horizonte.
El sendero culmina en una zona de prados y campos que se asoma a mano izquierda a la vega de la cabecera del Mijares …
y que hacia el suroeste nos muestra el pinar adehesado (de pino royo) del Villar del Ala. Este es un modelo de paisaje ganadero con viejos árboles y pasto que puede verse en algunas dehesas de la sierra de Albarracín pero que es muy raro en el Alto Alfambra.
Al fondo las pistas de esquí de Javalambre, alimentadas forzadamente con nieve artificial en este año tan poco pródigo en nevadas.
El sendero cruza un camino y mantiene la dirección en un tramo en el que se desdibuja entre enebros y toyagos hasta salir a una pista donde encontraremos una señal indicadora. Llevamos recorridos 1,7 km. Tomaremos a nuestra izquierda el camino de la Paridera, una pista a la que saldremos.
Al poco pasaremos por una majada (¿la «Paridera» del camino?). Es interesante observar la factura de esta construcción que, a pesar de su incipiente deterioro muestra una notable y sobria belleza.
Muros de mampostería en el cubierto y en el corral, ambos pequeños, con esquinas reforzadas con sillares. Tejas recargadas con losas de arenisca para evitar ser levantadas por el viento. Puente (roto y apuntalado) de pino y una colecciones de vigas de madera, de sabina, pino royo y chopo cabecero, sobre la que descansan unas tablas no muy viejas.
Una señal direccional nos dirige hacia el Alto de las Aceras (1.436 m) por un camino que, al principio, pasa entre bancales …
y que, poco a poco, se interna en una zona de pastos , algunos cercados por pequeños muros de piedra seca …
Los pastos, cada vez menos aprovechados por las ovejas, comienzan a poblarse de enebros, pinos y rebollos. La alternancia de calizas y margas, ya la erosión diferencial, ha creado unas largas y pequeñas crestas.
A la izquierda está la caída hacia la vega del Mijares. De frente un prado que recorre el alto y en donde se desdibuja la senda …
antes de internarse en el pinar …
Un pinar joven, con árboles que han crecido espontáneamente al reducir la presión de la ganadería extensiva en los años ’60. Sorprende el número de casos de pinos que nacen íntimamente juntos, tal vez procedentes de la germinación simultánea de diferentes semillas en un mismo lugar .
Hay pasar con cuidado entre las ramas que forman un dosel sobre nuestras cabezas. Será amable recorrer este tramo durante los paseos veraniegos.
A nuestra derecha se levanta el cerro de los Escalones (1.552 m), resalte calizo tapizado por el pinar.
Nos advirtieron los esquilos. En un claro abierto entre los pinos, cerca de un pequeño corral, pacía un rebaño de tranquilas vacas …
ajenas al paso de los excursionistas …
Pasamos entre ellas y al salir a una pista, una señal indicadora nos encaminó hacia nuestra izquierda a través de un pinar en el que se estaban realizando talas de pinos bastante de unos sesenta años de edad.
Cada árbol tiene su propia historia que queda escrita en la madera del tronco.
La pista sigue en su descenso y pasa entre dos campos de cultivo, dejando a mano izquierda un viejo corral con funciones de pajar …
… y se acerca al cauce, sin llegar a cruzarlo, del joven río Mijares. Comienza un prolongado ascenso a través de un joven pinar en el que son evidentes los efectos de la nevada de abril del pasado año.
Entre los escasos claros que se abren en el pinar asoman las preciosas masadas que levantan al pie del Alto de las Vacas (1.593 m).
La pista sigue ascendiendo por un pinar que cubre una inclinada ladera, enfrentada al merendero que ya se intuye. Son pinos altos y rectos, bastante espesos.
En su sotobosque crecen densos y almohadillados céspedes.
Las calizas de la Loma Alta asoman por nuestra derecha. Son comunes las villomeras cerca de las peñas mientras que los endrinos forman matas cerradas y densas; más escasos, los avellanos advierten el ambiente fresco del paraje; los pinos y las paredes calizas están tapizados por las hiedras.
En esta parte del pinar hay multitud de ramas procedentes de antiguas cortas. Manteniendo el nivel cruzaremos dos pequeños y pronunciados barrancos que terminan en el ya evidente cauce del río.
Bajo la costra helada de un charco helado se forman galerías concéntricas de formas caprichosas e intrigantes.
Al poco iremos escuchando el sonido del agua. El arroyo está cerca. Comienzan a abundar los terrenos higroturbosos en la ladera: los chumarriales. Herbazales altos, junqueras y almohadillas musgosas que tapizan las margas y las arcillas empapadas. A veces travertinos, depósitos calcáreos sobre la vegetación.
De repente se nos ofrece un paisaje de ensueño. Un efímero capricho de la naturaleza. Todo un conjunto de colgantes columnas de hielo.
cascadas heladas de caprichosas formas …
que nos dejan sin palabra …
La senda sigue el curso del arroyo ladera abajo y acerca al fondo del estrecho valle. La ladera de enfrente, es una pared rocosa sobre la que crecen viejos pinos …
No es raro que el arroyo se muestre seco durante un buen tramo hasta que se alcanza una garita. De allí surge un gran caudal que se recoge en la ladera inmediata. Siguiendo ahora el cauce del joven Mijares por su margen izquierda, se cruza a través de una palanca de madera y, al poco, se alcanza el merendero y la casa forestal.
Chabier de Jaime (texto)
Chusé Lois Paricio, Carlos Pérez y Chabier de Jaime (fotos)
PD.- Puede descargarse un folleto con la ficha técnica, el mapa con el itinerario, la descripción de la ruta y varias fotografías pulsando en este enlace.