UNA CANTERA DE PIEDRA DE AMOLAR

BAJO DEL MORRÓN DE CAMARILLAS

El Morrón es uno de los cerros que hacen de divisoria entre la cuenca del Alfambra y la del Guadalope. Es ese visible peñasco que se levanta sobre la carretera cuando desde Camarillas se va hacia Aliaga. Es, también, una referencia para las gentes de Camarillas.

El Morrón de Camarillas, en primer término. Abajo, hacia la izquierda, la Masía del Morrón

El entorno del Morrón es un paisaje humanizado desde hace muchos siglos. En lo alto del cabezo aún son visibles los restos de un pequeño poblamiento íbero. Se trata, en su conjunto, de un paisaje histórico por la especialización de este territorio en la producción de cereal y en la cría del ganado, sobre todo, a raíz de la Edad Media tras la organización del espacio agrario en masías.

Masía del Morrón

La observación de este territorio a una escala más cercana permite precisar los trazos más finos que ofrece este paisaje. Así como comprobar -una vez más- la complejidad productiva y económica de las sociedades rurales históricas.

Cerca de la Masía del Morrón sobresale una vistosa visera. Está formada por calcarenita, una roca sedimentaria formadas por granos de arena y restos de organismos marinos depositados, cementado todo ello por carbonato cálcico precipitado en un mar cálido del Cretácico Inferior.

Arenas transportadas y sedimentadas por olas y por corrientes litorales en una serie de procesos de depósito y de erosión repetidos en el tiempo.

Estratificación cruzada en calcarenitas del Cretácico Inferior

La calcarenita, por estar formada por cristales de cuarzo, es una roca áspera al tacto. Pero también resistente a la erosión, por la eficaz cohesión que ofrece a los granos el cemento calcáreo que los aglutina. Por eso es capaz de formar viseras.

Un paseo por el entorno de la masía nos deparará una sorpresa. El excursionista descubrirá una antigua cantera de piedra de amolar.

En el seno de un paisaje agrario aparece un … ¡paisaje minero e industrial!

Los estratos de calcarenita, intercalados con otros de margas, forman una especie de amplio graderío. La disposición subhorizontal de los estratos los hace muy apropiados para su trabajo. Es el frente de la cantera.

En la cantera hay unos cuerpos cilíndricos repartidos aquí y allá. Son muelas destinadas para su uso en molinería. Se encuentran en diferentes etapas de fabricación.

Una de ellas aún está unida a la roca de la que se comenzó a extraer. Recuerda a un altorrelieve …

Esta muela sugiere que la técnica de cantería sería la de obtener un bloque cilíndrico desde la propia masa rocosa. En una primera fase se trazaba en la superficie de la roca un surco circular de acuerdo al diámetro deseado para la pieza. A continuación, el cantero iba profundizando en el surco hasta alcanzar el grosor que debía tener la muela. Para separar la pieza se emplearían cuñas de madera o falcas de metal, levantándola finalmente con palancas.

Por la cantera se observan algunas piedras de molino que ya están sueltas …

… aunque no llegó a terminar la fase de labrado.

Todas ellas serían muelas destinadas a molinos harineros por ser el trigo, uno de los cultivos fundamentales en esta parte de la cordillera Ibérica.

La calcarenita de Camarillas es muy apropiada para este fin. Por un lado es una roca bastante consistente, lo que la hace más duradera y que no suelte granos de arena, algo perjudicial para la dentadura y la nutrición. Por otro lado, no es demasiado dura como para no permitir la separación de la harina y el salvado.

Desconocemos casi todo sobre esta cantera.

El número de piezas que estaban en producción en el momento de abandonarse sugiere que debió de tener una cierta importancia en la contornada.

Habitualmente cada molinero se fabricaba las muelas de su propio molino de acuerdo a sus necesidades y estilo personal de trabajo. Por ello es razonable suponer que esta cantera acudirían a tallar molineros de los pueblos de alrededor, tal vez con la ayuda de los masoveros de la Masía Morrón.

No cuesta imaginar el esfuerzo aplicado y la destreza necesaria para sacar un cilindro a partir de un estrato mediante el hábil manejo del mazas, cuñas, picos, punteros, tallantes o palancas.

La producción de muelas mediante cantería en Aragón entró en declive a finales del siglo XIX cuando llegaron las ruedas de molino francesas fabricadas cementando trozos de sílex. Eran más económicas y más eficaces. Las piedras de moler La Ferté eran imbatibles.

En algún momento de la segunda mitad del siglo XIX se debió producir el abandono de la cantera quedando definitivamente detenido el tallado de varias ruedas. Sin ningún otro uso posible comenzaron las muelas a integrarse en el paisaje. A integrarse y a formar un singular parque escultórico al aire aire. Una suerte de land art.

Pasear por esta cantera es una práctica de arqueología industrial. Y también un modo de viajar en el tiempo para transportarnos a otras formas de vida. En definitiva, una forma de comprender mejor el paisaje actual.