LA CRUZ DE MAYO

EL RETORNO DE LOS VIAJEROS

En el hemisferio norte, el 21 de diciembre es el solsticio de invierno, es el día del ciclo anual con el menor número de horas de luz solar. Es el inicio del invierno.

Víspera del solsticio de invierno en el Camino de los Pilones (Allepuz)

Esta estación concluye el equinoccio de primavera, el día en el que la noche y el día igualan su duración.

Durante el invierno la actividad de los seres vivos se reduce al mínimo debido a las bajas temperaturas ocasionadas por la disminución de la radiación solar que alcanza la superficie terrestre. Sin embargo, la vida sigue tanto en el interior del suelo como en el exterior del mismo.

En las zonas de montaña, como ocurre en la cordillera Ibérica, la actividad biológica se manifiesta, por ejemplo, con un desarrollo de la vegetación cada vez menos tímido … y con una mayor actividad de aquellos animales incapaces de regular su temperatura corporal.

Campanilla de invierno, una de las primeras plantas en florecer en los bosques del Alto Alfambra

En las Tierras Altas de Teruel las primeras semanas primaverales siguen siendo frías y las heladas son habituales. Esto ralentiza el crecimiento de las plantas, por eso la expresión en el paisaje de la primavera no es patente hasta bien entrado el mes de abril …

El barranco del Cuchillo, entre la Loma de la Aceitera y la de la Sierra Baja (Cedrillas)

… y también se manifiesta en la fenología tanto de los insectos (aún escasos) como de las aves insectívoras que llegan para nidificar en la Sierra un cinco semanas más tarde que al cercano litoral mediterráneo.

En las sociedades rurales tradicionales el inicio de la primavera se asocia con ese momento en el que las plantas muestran su imparable desarrollo vegetativo y el inicio de la floración.

La flor de primavera, nombre popular en Camarillas de una de las plantas más representativas de los pastos del Alto Alfambra

En las montañas del sur de Aragón ese momento tiene lugar entre finales de abril y primeros de mayo. Y tiene su expresión en el calendario festivo con la celebración del la fiesta de la Santa Cruz, más conocida en la Sierra como Cruz de Mayo, el día 3 de este mes.

En esta fecha se firmaba el arrendamiento anual de algunos profesionales que ofrecían servicios a cada comunidad rural, como el que regentaba el horno municipal o el que gestionaba la dula, el rebaño concejil formado por el de los de los pequeños ganaderos del pueblo.

La dula de vacas pastando en la Salobreja (Monteagudo del Castillo) sobre los años ’90 del pasado siglo. Foto tomada de «Aproximación a la historia de Monteagudo del Castillo» (E. Gil Guillén)

Era el día en el que se firmaban los cambios en los arrendamientos rústicos, entre propietarios y renteros, los cuales comenzarían a entrar en las fincas tras la recogida de la cosecha.

También era la fecha en la que se cerraba el acceso del ganado a ciertas dehesas concejiles, que quedaban vedadas hasta el día de San Pedro (29 de junio). Esta medida favorecía el desarrollo del pasto en los meses de máximo desarrollo vegetativo de las plantas silvestres asegurando la producción de semillas y, sobre todo, la mayor cantidad de alimento para los rebaños durante el verano.

Pero, sobre todo, era muy importante por que era el día en el que llegaban los ganaderos trashumantes con sus rebaños tras varios meses de invernada en el estremo.

Hacía varios días que habían abandonado sus lugares de invernada. Unos en la Plana de Castelló (Vila-real, Nules, Vilavella, Almassora …) o en sus montes próximos (Onda, Alcora, Lucena …). Otros en la Horta de València (Massamagrell, Alaquás), Camp del Turia (Lliria, Riba-roja, Bétera), la Hoya de Buñol (Chiva, Buñol) o incluso la Ribera del Xúquer (Montroi, Tous, Alberic …).

Una invernada que había dado para mucho. Para engordar ovejas en huertas y campos a cambio de sirle negociando con propietarios. Para vender corderos a los carniceros y comprar a otros ganaderos. Para apalabrar la venta de lana o de los quesos. Para resolver con habilidad y mano izquierda las numerosos dificultades que surgían en tierras extrañas. Para conocer gentes de otras tierras, tal vez alguna chiqueta especial. E, inevitablemente, para llevar y traer costumbres, leyendas, palabras … aprender el truc o enseñar el guiñote. Vivencias, muchas vivencias.

Por la ruta seguida desde, al menos, el siglo XIII. Por el Alto Palancia (Bejís, Alcublas, El Toro) llegaban a Barracas, antiguo puesto de control de ganados y mercancías entre Valencia y Aragón. Buscaban remontar el Mijares por la Venta del Aire, Valbona, El Castellar hasta Cedrillas, donde algunos aprovechaban para ir al barbero antes de llegar a casa.

Atajo de ovejas carteras. Cortesía de T. Sánchez. Foto tomada de «Cedrillas. memoria y etnología (1850-2006)

Era el día reencuentros para los mayorales, rabadanes y pastores se reencontraban con la esposa y los hijos, con los padres o … con las novias. Tantas cosas que contarse. Tantas ganas de verse. Días de alegría y de abundancia económica que ponía fin al largo invierno y que daba inicio al buen tiempo y a nuevos proyectos si los negocios habían ido bien en el Reino.

La Cruz de Mayo era un día especial en la Sierra.